Cuando una pareja comienza una relación está dispuesta a compartirlo todo. Compran una casa y se
hipotecan juntos pensando que su unión será para siempre. Sin embargo, muchas parejas rompen antes de
terminar de pagar la hipoteca compartida, y esta se convierte en un inconveniente más de la ruptura. Pero,
¿qué ventajas y desventajas ofrece una hipoteca compartida?
¿Qué es una hipoteca compartida?
El año pasado se firmaron 417.501 hipotecas para financiar la compra de una vivienda y, aunque no
existen datos de cuántos titulares tenían esas hipotecas, es lógico asumir que una
gran mayoría tiene más de un titular. Por un lado, porque firmar una hipoteca compartida
es lo normal cuando una pareja compra una vivienda; por el otro, porque con una hipoteca compartida es
más sencillo que el banco conceda la hipoteca, pues asume menos riesgo al considerar que una pareja ofrece mayor estabilidad económica.
De hecho, existen muchas parejas que no están unidas por ningún vínculo legal (no se han casado ni
tampoco se han registrado como pareja de hecho) pero están unidas por la hipoteca y la
vivienda.
En una hipoteca compartida, cada miembro de la pareja asume una
parte de la cuota según el porcentaje que figure en la escritura hipotecaria, pero en caso de impago ambos responden de la totalidad de la deuda con todos sus bienes presentes y
futuros.
Ventajas de firmar una hipoteca compartida
Las principales ventajas que se consiguen al firmar una hipoteca compartida son:
Facilidad de acceso al crédito. Es más fácil que el banco
conceda la hipoteca si ambos miembros de la pareja tienen solvencia económica.
Menor riesgo de impago. Si se produce algún imprevisto,
como que un miembro de la pareja deje de trabajar, pueden afrontar la hipoteca con los ingresos del
otro.
Mayor capacidad de endeudamiento. Al sumar los ingresos de
dos personas, la cantidad de dinero que se puede destinar a la hipoteca es mayor, por lo que se
puede solicitar un préstamo mayor. Es decir, si la cuantía máxima de la cuota no debe superar el 35%
de los ingresos, con unos ingresos de 1500€ la cuota hipotecaria sería de 535 €, mientras que si son
dos titulares con unos ingresos semejantes, sumarían 3000 € y la cuota ascendería a 1050
€.
Desventajas de la hipoteca compartida
A priori, todo lo que son ventajas en la hipoteca compartida se convierten en desventajas si se produce la separación de la pareja:
Dificultad para pagar la hipoteca. Es posible que con los
ingresos de un único titular no se pueda pagar la cuota hipotecaria, por lo que es necesario
negociar una solución con el banco.
Dificultad para salir de la hipoteca. Eliminar titulares
de una hipoteca es complicado, porque el banco pierde garantías en la devolución del
préstamo.
Cómo salir de una hipoteca compartida
El problema cuando se produce la ruptura de la pareja es salir de la hipoteca compartida, porque
no es fácil que el banco acceda a perder un titular de la hipoteca,
aunque ya no sea propietario de la vivienda.
Para solucionar el reparto de la vivienda existen varias alternativas:
Vender la vivienda. Si ninguno de los miembros quiere
quedarse con la vivienda, la opción más sencilla es venderla a un tercero y cancelar la hipoteca con
el dinero de la venta.
Comprar la otra parte de la casa. Un miembro de la pareja
puede quedarse con la totalidad de la casa pagando la parte correspondiente al otro
miembro.
Hacer una extinción de condominio. Con esta operación, un
miembro de la pareja cede su parte de la vivienda. En este caso, los gastos
son menores que en la compraventa porque solo se paga el IAJD (entre el 0,5 % y el
1,5 %), no el ITP (entre el 6 % y 10%).
Con estas soluciones la vivienda queda repartida, pero como hemos
comentado, la hipoteca sigue compartida entre los dos titulares, aunque
uno ya no sea propietario.
Así, tanto en la compraventa como en la extinción de condominio, hay que hacer una novación
hipotecaria para poner la hipoteca a nombre del nuevo propietario de la vivienda. Este
cambio tiene que aprobarlo el banco, para lo que deberá comprobar si el nuevo
propietario es solvente.
La otra opción es cancelar la hipoteca y pedir un nuevo préstamo
hipotecario con un único titular. Esta operación tiene un coste mayor porque hay que
sumar los gastos de la cancelación (notario, registro y comisiones) y de la apertura de una nueva
hipoteca (tasación y comisiones).
Independientemente de la vinculación legal que exista en la pareja, antes de firmar una hipoteca
compartida es conveniente firmar un contrato ante notario donde se especifica el porcentaje de la
vivienda y de la hipoteca que comparte la pareja para facilitar el reparto en caso de
ruptura.