Siendo estrictos, la hipoteca máxima que te puedes permitir es aquella que el banco considere que puedes devolver. Esa cantidad viene determinada por el análisis de riesgo que la entidad haga de tu solvencia económica actual, y para ello tiene en cuenta tu situación laboral y personal, así como tu patrimonio.
Sin embargo, desde un punto de vista de la salud financiera, puede que sea recomendable hacer tu propio análisis de riesgo. Es decir, ver qué cantidad, plazo y cuotas encajan mejor con tus perspectivas laborales, de ahorro y personales.
¿Cómo calcular qué hipoteca me puedo permitir?
A la hora de calcular qué hipoteca te puedes permitir hay dos aspectos a tener en cuenta: los ingresos y el capital ahorrado.
Los ingresos permiten saber a qué cuota puedes hacer frente cada mes.
El capital ahorrado tiene que ser suficiente para la entrada de la vivienda y los gastos, pues generalmente los bancos solo financian el 80%.
Cuánta hipoteca pedir según mis ingresos
A la hora de determinar la cuota de la hipoteca, la recomendación general del Banco de España es que no supere el 35 % del salario o ingresos mensuales, pero es algo orientativo.
Cuota hipoteca + otras deudas = Sueldo x 0,35
Es decir, si ganas 1500 €, puedes asumir una cuota de aproximadamente 500 €
Otra manera de estimar la cantidad que puedes dedicar a pagar la cuota de la hipoteca es analizar cuál es tu capacidad de ahorro todos los meses. Quizás un poco menos para seguir ahorrando algo mensualmente, o quizás algo más si puedes hacer ajustes en tu presupuesto familiar.
Lógicamente, esta estimación también funciona en el caso de que estés pagando un alquiler o acabando de amortizar otra deuda, como pueda ser el préstamo de la compra de un coche.
Sabiendo la cuota que puedes asumir cada mes con comodidad, puedes utilizarun simulador de hipotecas para saber el importe máximo de la hipoteca que puedes solicitar en función del plazo de amortización que elijas.
Ahorros e hipoteca: ¿Cuánto puedo pedir con lo que tengo ahorrado?
El otro factor a considerar a la hora de calcular qué importe de hipoteca te puedes permitir es la cantidad de dinero que tienes ahorrado. Conviene recordar que la mayoría de entidades solo financian el 80% del valor de tasación o de compraventa, así que necesitarás tener ahorrado el 20% restante más, aproximadamente, el 10% de los gastos de compraventa e impuestos.
Teniendo eso en cuenta, la fórmula para calcular cuál es la hipoteca máxima que vas a poder pedir en función del dinero que tienes ahorrado es la siguiente:
Capital hipoteca = Ahorros x 8 / 3
Es decir, si tienes ahorrados 60.000 €, puedes pedir una hipoteca de 160.000 €
De la misma forma, también puedes estimar el precio máximo de la vivienda que puedes comprar en función de el capital ahorrado del que dispongas:
Precio vivienda = Ahorros x 10 / 3
Es decir, si tienes ahorrados 60.000 €, puedes comprar una vivienda de hasta 200.000 €
¿En qué plazo quieres amortizar la hipoteca?
La tercera variable que influye en cuál es la hipoteca que te puedes permitir es el plazo. Para el mismo importe, cuanto mayor sea el plazo menor será la cuota, y viceversa. Sin embargo hay que tener tres aspectos en cuenta:
Cuanto mayor es el plazo, mayores son los intereses totales.
Y es que los intereses en un préstamo se calculan sobre el capital pendiente por pagar en cada cuota, así que cuanto más alargues la amortización, más pagarás en total por el préstamo, aunque la cuota sea menor. La mayoría de entidades ofrecen hipotecas hasta a 30 años, aunque algunos, como ING, llegan a 40.
La cuota no se reduce en la misma proporción que aumentas el plazo.
Esto es debido en parte a que en las hipotecas se utiliza el sistema de amortización francés o de cuotas constantes, que hace que la parte de la cuota dedicada al pago de intereses sea mayor al principio del préstamo. Si a esto le unes el hecho de que cuanto mayor sea el plazo, mayores son los intereses totales, el resultado es que aumentar el plazo un 25 % (por ejemplo, de 20 a 25 años) no reduce la cuota en un 25 %.
A mayor plazo, mayor incertidumbre.
Prever tu situación laboral y personal en el futuro es complicado. Puedes hacerte una idea de cómo será tu vida en 5, 10 o 15 años, pero según aumenta ese plazo, aumenta también la incertidumbre sobre lo que pueda ocurrir. Eso no quiere decir que no debas pedir una hipoteca a 25 o 30 años, simplemente otro elemento a tener en cuenta.
¿Va a cambiar tu situación laboral o personal?
Cuando el banco analiza tu solvencia económica lo hace teniendo en cuenta tu situación laboral y personal actual, porque es la información de la que dispone. Pero a la hora de decidir qué hipoteca te puedes permitir, tú si que sabes si va a haber cambios en tu vida que puedan afectar a tu capacidad para hacer frente a la cuota de la hipoteca manteniendo una buena salud financiera.
Por ejemplo, si tienes previsto tener un hijo y/o reducir tu jornada laboral, dejar tu trabajo para montar una empresa o sabes que vas a tener que hacerte cargo de algún familiar; es importante considerarlo a la hora de decidir qué cantidad pedir y qué cuota te permitirá seguir manteniendo un presupuesto familiar equilibrado.
¿Tienes previsto endeudarte en el futuro?
En la misma línea, al pedir una hipoteca también conviene valorar si tienes previsto endeudarte en el futuro cercano. Por ejemplo, si tu coche tiene más de 10 años y es posible que quieras cambiarlo en poco tiempo, o si necesitarás hacer una reforma en tu nueva vivienda a los pocos años, puede ser una buena idea dejar algo de capacidad de ahorro y de endeudamiento para afrontar estos gastos en el futuro.
En definitiva, la respuesta a la pregunta ¿qué hipoteca me puedo permitir? no depende únicamente del banco, sino que es también un mirada introspectiva en la que analizar qué cantidad y cuota te permitirá seguir disfrutando de la tranquilidad que da tener una buena salud financiera.