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Apalancamiento financiero: invertir sin desembolsar todo el dinero
El apalancamiento financiero es necesario para comprender muchas de las decisiones que se toman en la financiación de la empresa. Es, además, una métrica que puede determinar la salud financiera de una empresa. Pero también se puede aplicar a tus finanzas personales. ¿Qué es el apalancamiento financiero? Imagínate que te gustaría invertir en algo pero sin descapitalizarte. Es decir, sin desprenderte de todos tus ahorros . ¿Cómo hacerlo? Pidiendo un crédito.

Eso es, básicamente, recurrir al apalancamiento financiero: pedir financiación para invertir. Aunque suene extraño, cuando compras una casa estás haciendo algo parecido. Aunque al préstamo lo llamemos hipoteca, en el fondo estamos adquiriendo una propiedad que sabemos que se va a revalorizar con el paso de los años

Beneficios del apalancamiento financiero al invertir Este tipo de operaciones se utiliza mucho en inversión, sobre todo cuando no se tiene todo el dinero necesario para invertir en aquello que queremos o en el que puede entrar otro capital.

Recurrir al apalancamiento financiero tiene una serie de ventajas
No quedarse sin capital: al no deshacernos de nuestros ahorros, seguimos teniendo liquidez Compartir riesgos: al poder permitir que entren terceras partes con su capital, se comparten los riesgos de la operación Más rentabilidad: al invertir más dinero del que tenemos, los beneficios serán mayores que si solo invirtiésemos lo que tenemos Más posibilidades de invertir: al pedir crédito podemos invertir en operaciones que, por su coste, estarían fuera de nuestro alcance
Tipos de apalancamiento financiero A la hora de pedir financiación para invertir podemos hacerlo de diferentes formas. A grandes rasgos, hay tres tipos de apalancamiento: el financiero, el operativo y el combinado. Sin embargo, en cada uno de ellos podemos encontrar varias opciones.

Por ejemplo, dentro del apalancamiento financiero, se habla de otros tres tipos de operaciones, que dependen del resultado que den.
Apalancamiento positivo. Es el de mejores resultados. Hablamos de este tipo cuando la rentabilidad de la inversión es superior al coste de la deuda. Apalancamiento negativo. Es la situación contraria, cuando la rentabilidad de la inversión realizada es inferior al precio que tenemos que asumir por la deuda. Apalancamiento neutro. Si lo que ganamos con la inversión cubre los gastos que incurrimos al endeudarnos, sin beneficio ni pérdida alguna, estamos incurriendo en un apalancamiento neutro. Mientras, el apalancamiento operativo, que se mide usando el Grado de Apalancamiento Operativo (GAO), mide el resultado de la capacidad que se tiene de convertir los costes variables (como puede ser la mano de obra) a costes fijos (depreciación). El objetivo es generar una mayor rentabilidad.

Por último, el apalancamiento combinado o total es aquel que mezcla los dos tipos anteriores (financiero y operativo). Hace referencia al uso de los costes fijos operativos y financieros para aumentar los efectos de los cambios en las ventas sobre las ganancias por acción de la compañía. En definitiva, es el impacto total de los costes fijos en la estructura financiera y operativa de la empresa.

Riesgos del apalancamiento financiero Como estamos viendo, pedir financiación para invertir es una modalidad a nuestro alcance y, aunque tiene beneficios, también tiene riesgos que debemos conocer.

En primer lugar, al pedir un crédito tendremos un gasto en materia de intereses que debemos asumir, independientemente de si nuestra inversión da buenos resultados o no. Es decir, que corremos el riesgo de que tengamos pérdidas si la inversión es fallida.

Además, y dado que los intereses van a ir en función de la cantidad de dinero a crédito que pidamos, debemos ser cuidadosos ya que una operación de muy alto riesgo puede hacer que acabemos siendo insolventes.

¿Cómo calcular el apalancamiento financiero? Como la mayoría de las operaciones matemáticas, seguramente la fórmula para calcular el apalancamiento financiero se entienda mejor si la ves escrita que explicada. En cualquier caso, consiste en dividir 1 entre el valor de la inversión total sobre el capital propio utilizado en la inversión.

Es decir, Apalancamiento financiero = 1: (Valor de la inversión/Recursos propios invertidos).

Así, si la inversión total asciende a 20.000 euros y tus recursos son 2.000, el apalancamiento financiero es 1:10. Es decir, que por cada euro, el crédito te permite financiar 10.

Por tanto, a mayor ratio, mayores riesgos pero también mayores oportunidades de que el beneficio, si se produce, se multiplique.
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