Volver
¿Es peligroso dar el IBAN o el número de cuenta corriente a otras personas?
Hoy en día es prácticamente imprescindible disponer de una cuenta bancaria para nuestra vida diaria. A través de ella cobramos, compramos por internet, pagamos recibos o gestionamos los impuestos.

Esto ocasiona que en determinadas situaciones nos soliciten el número de cuenta, y muchas personas no tienen claro si pueden darlo con seguridad, o si alguien podría hacer algo con su IBAN.

Como cualquier dato personal, es recomendable no exponer esta información más allá de lo necesario (y de hecho, hay una Ley Orgánica para proteger los Datos Personales), pero… ¿es seguro dar el número de cuenta?

Qué es el IBAN de una cuenta bancaria y para qué sirve El IBAN es el código que sirve para identificar una cuenta bancaria a nivel internacional de manera única (sus siglas corresponden a International Bank Account Number, o número de cuenta de banco internacional). Sustituye al tradicional Código de Cuenta (de hecho, muchas personas lo siguen llamando así, o “número de cuenta”) y se creó para facilitar los cobros y pagos entre diferentes países, a raíz de la puesta en marcha, en 2014, de la zona SEPA ( Single Euro Payments Area , o zona única de pagos en euros). El IBAN es un código de 24 dígitos, formado por dos letras que corresponden al país de origen de la cuenta (ES para España, por ejemplo), dos dígitos de control, y 20 cifras más, que se corresponden con el número de cuenta tradicional. Este código identifica, por tanto, la cuenta bancaria, y es necesario para realizar operaciones bancarias, como transferencias o adeudos directos (domiciliaciones).
Si doy mi número de cuenta o IBAN, ¿me pueden robar? Muchas personas se preguntan si pueden dar su número de cuenta o IBAN sin problemas, o si alguien con acceso a esa información le podría robar el dinero. La respuesta es negativa, poseer esa numeración no le servirá a nadie para sacarte el dinero de tu cuenta.

Como muestra de ello, en muchas campañas benéficas podemos ver una cuenta bancaria en la que realizar un ingreso para una causa concreta, y ese código no es utilizado por los delincuentes para ‘vaciar’ dicha cuenta

Entonces, ¿qué pueden hacer con mi número de cuenta o IBAN? Conociendo el IBAN podrán realizar ingresos en tu cuenta y, por eso, se lo proporcionamos a la empresa en la que trabajamos (o a los clientes, en el caso de autónomos y empresas).

A través de este código, se autentica el titular que recibe la transferencia y se agiliza y se abarata este trámite en toda la zona SEPA, que integra a los países de la Unión Europea, además de a Reino Unido, Liechtenstein, Islandia, Noruega, Andorra, Mónaco, San Marino, Suiza y el estado de Ciudad del Vaticano.

¿Es seguro dar el número de cuenta? ¿Hay algún riesgo? El aumento de las transacciones a través de la banca electrónica ha propiciado un reforzamiento de la seguridad de las mismas para evitar fraudes, y entre la reglamentación aprobada destaca la Segunda Directiva de Servicios de Pago (PSD2 , por sus siglas en inglés).

En virtud de la misma, los bancos y otros proveedores de servicios de pago han implementado la autentificación reforzada de clientes, de manera que a la hora de realizar una operación se deben utilizar, al menos, dos datos distintos, en función de tres factores:
Conocimiento: un elemento que conozca el usuario, como un PIN o una contraseña. Posesión: algo que tenga el cliente, como una tarjeta de coordenadas o un teléfono móvil. Inherencia: algo propio de la persona, como por ejemplo, su huella dactilar. Es por ello por lo que hoy en día, a la hora de realizar una transferencia desde nuestra cuenta, se requiere un proceso más complejo. No basta simplemente con conocer el número de cuenta de alguien, ni siquiera un pin de entrada a su banca electrónica.
¿Y si tienen también el número de DNI? Existe un pequeño riesgo en el caso de que alguien conozca nuestro número de cuenta y el DNI, ya que en algunos casos podrá realizar una domiciliación de recibos con estos datos.

Si se llegase a producir, recibiremos cargos en la cuenta, pero al no haber sido aprobados por nosotros, podríamos devolverlo sin problemas. El plazo para devolver un recibo es de 8 semanas si está autorizado, pero además, la Ley de Servicios de Pago amplía este plazo a 13 meses para los no autorizados.

Por lo tanto, para evitar esta posibilidad simplemente tenemos que revisar periódicamente los movimientos de nuestra cuenta. Habitualmente, en la banca electrónica podremos consultar directamente los recibos que se han cargado en ella, pudiendo comprobar de un vistazo si existe algo anómalo.
¿Necesitas ayuda? Blog En Naranja Oficinas y cajeros Preguntas Frecuentes Contáctanos Reclamación oficial Medidas Especiales Hipotecas: CBP RDL 6/2012 y CBP RDL 19/2022 Ciberseguridad Sobre ING Conócenos Hazte cliente Trabaja con nosotros Sala de prensa Accesibilidad Banca responsable Condiciones aplicadas Canal de denuncias Aplicaciones y redes sociales Síguenos en: Privacidad y cookies Info legal y anexos Mapa web Gobierno corporativo y política de remuneraciones