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Fin del dinero en efectivo
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La mayoría de países están tratando de poner coto al dinero en efectivo . En España, la Ley establece un máximo de 2500 € en los pagos en efectivo entre particulares y empresas. El objetivo es que este límite se rebaje hasta los 1000 € próximamente, en un intento por ir reduciendo el dinero en efectivo de manera gradual.

Este escenario es ya una realidad en algunos países como Dinamarca o Suecia, donde el efectivo es un medio de pago residual. Además, sus Gobiernos pretenden que sus ciudadanos puedan vivir sin guardar monedas y billetes en sus bolsillos para 2030. El mundo se está preparando para sustituir el dinero en efectivo por otros medios de pago, y quién sabe si quizá también las tarjetas de crédito.

Un cambio de paradigma: así está evolucionando el uso de los medios de pago

Según datos del Banco de España , el número de operaciones de compra en terminales de punto de venta (TPV) en nuestro país, ha experimentado un ascenso exponencial en los últimos 20 años.

Un incremento que también se percibe en el número de tarjetas en circulación. En 2020, el 87 % de la población dispone de una tarjeta de crédito o débito , cuando en 2000 este porcentaje no llegaba ni a la mitad. El uso de estos medios de pago ha desplazado al efectivo, que se encuentra cada vez más en desuso. La encuesta ING International Survey revela un cambio en el comportamiento de los consumidores europeos en el uso del efectivo en muchas compras cotidianas, donde ha caído de forma significativa con respecto a 2017 en todos los ámbitos.

Esto es especialmente relevante en los pagos de mayor cuantía. En concreto, para pagos superiores a los 100 €, a nivel europeo el efectivo se utiliza ya tan solo en el 32 % de las transacciones, según datos del BCE , frente al 68 % de cualquier otro método de pago, incluyendo tarjetas bancarias, cheques y cualquier otro pago con tecnología contactless .

Sin embargo, su uso todavía sigue siendo importante en el caso de operaciones de cuantía inferior a 5 € (el 93 % se sigue pagando en efectivo). Esto se explica parcialmente porque muchos establecimientos no permiten el pago de compras de pequeña cuantía con un medio que no sea en efectivo. Una realidad que está cambiando poco a poco, y ya no es extraño poder pagar el pan o un café con tarjeta o el móvil.

¿Puede el coronavirus acelerar la desaparición del dinero en efectivo?

La pandemia de COVID-19 ha supuesto una auténtica revolución en los aspectos cotidianos de cualquier persona, y el uso del efectivo no iba a ser una excepción.

Durante el confinamiento, la mayoría de consumidores se vieron obligados a comprar a través de Internet . Y los que acuden a tiendas físicas intentaban pagar con otros medios diferentes al efectivo por precaución. De hecho, según el Banco de España, la retirada de dinero en cajeros se hundió un 17,72 % en el primer trimestre de 2020 y un 51,79 % en el segundo trimestre  con respecto a los mismos periodos del año pasado, lo que pone de manifiesto el desplome del uso del efectivo durante la cuarentena.

A nivel europeo, los consumidores afirman que el coronavirus les ha hecho más reticentes a utilizar el efectivo en sus compras . De acuerdo a la encuesta de ING, uno de cada tres europeos afirma que el COVID-19 les ha hecho más reticentes a utilizar su dinero. Este porcentaje que aumenta hasta el 75 % en el caso de los españoles.

¿Son los pagos móviles el futuro del dinero?

Pero vayamos un paso más allá. Ahora que ya sabemos que el efectivo puede desaparecer más pronto que tarde, ¿qué pasará con las tarjetas de crédito? Algunos expertos incluso aseguran que podrían ser sustituidas por otros medios de pago, la mayoría relacionado con el uso del móvil o algunos sistemas biométricos. Entre ellos, destaca la huella dactilar o la identificación mediante el rostro del usuario.

Nadie quiere perder este tren. Las soluciones de pago ofrecidas por firmas tecnológicas como Apple, Google, Amazon o Samsung y plataformas como Bizum ya coexisten en el mercado. A ellas habrá que sumar las que previsiblemente ofrecerán las aplicaciones de mensajería instantánea en un futuro próximo. Entre ellas, destacan WhatsApp o Telegram, y las que ya están disponibles en algunos países como China a través de WeChat.

Según datos recopilados por Merchant Savy , en la actualidad estos medios de pago ya suponen el 5% del total de pagos a nivel mundial, una tendencia que podría duplicarse en los próximos cinco años.

Alipay es la aplicación de pagos que más usuarios utilizan a nivel mundial, más de 1.200 millones, sobre todo por su amplia presencia en China. Le sigue de cerca WeChat, con cerca de 1.151 millones de usuarios, y lejos de estas se encuentra Apple Pay, con 441 millones de usuarios.

El crecimiento de todas estas plataformas ha sido igualmente espectacular en los últimos años. Por ejemplo, Apple Pay, la plataforma de pago más utilizada en España, ha multiplicado por más de cinco veces sus usuarios a nivel mundial en tan solo 4 años , al pasar de 67 millones en 2016 a 441 millones de usuarios en 2019.

Los pagos móviles son ya una realidad, incluso en mercados menos desarrollados desde el punto de vista bancario . En países como Kenia, Tanzania, Uganda, Zimbabue, Ghana, Gabón, Paraguay y Namibia se utilizan monederos electrónicos del mismo modo que se utiliza una cuenta bancaria para poder enviar ese dinero a amigos y familiares y poder usarlo en los comercios como si de una tarjeta se tratara.

Suecia, el primer país sin efectivo

La actual situación económica, política, social y sanitaria está acelerando el fin del dinero en efectivo en el mundo. Y aunque resulte irónico, Suecia, el país que emitió los billetes bancarios por primera vez allá por 1661, parece destinado a ser también el primero en dejar de utilizar el efectivo . De hecho, algunos expertos ya han puesto una fecha para su final: el 23 de marzo de 2023.

Este cálculo proviene de una investigación realizada en 2017 por Jonas Hedman de la Copenhagen Business School, Niklas Arvidsson ,del Stockholm’s KTH Royal Institute of Technology, y Bjorn Segendorf, de Sweden’s Central Riksbank.

En su estudio, detectaron que desde 2007 el efectivo en circulación cayó casi a la mitad, y que solo el 18% de los consumidores suecos querían seguir pagando con efectivo.

Con esos datos, estimaron que cuando el porcentaje de transacciones pagadas en efectivo cayera por debajo del 7%, ya no resultará rentable a las empresas seguir aceptando efectivo como medio de pago y se acelerará la transición.

El fin del efectivo supondrá no solo el auge de las tarjetas, sino también del uso de otros medios de pago alternativos que, como ya hemos visto, están ganando cada vez más adeptos. El pago por móvil, los monederos electrónicos o incluso los sistemas biométricos de pago parecen imponerse en un mundo sin efectivo.

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