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¿El dinero da o no da la felicidad? Así puede influir la economía en tu estado de ánimo
Uno de los debates más intensos en torno a las finanzas es si el dinero da o no la felicidad. A pesar de que esta disyuntiva depende de las circunstancias y necesidades de cada persona, diversos estudios afirman que existe una relación bastante estrecha entre la capacidad de ahorro y los sentimientos de felicidad de los individuos europeos.

¿Podemos ser felices con poco dinero? ¿Es posible satisfacer todas nuestras necesidades humanas sin tener en cuenta el dinero? ¿Hay algún límite cuantitativo a partir del cual el dinero deja de tener efecto en el estado de ánimo de una persona? Todas estas preguntas siguen generando controversia, pero en algunas de ellas ya existe cierto consenso.

Los seres humanos somos felices por naturaleza Según la encuestaING International Survey, realizada en 2018 a más de 15.000 personas de toda Europa, Estados Unidos y Australia, el 57 % de los ciudadanos europeos afirman que son felices cuando se les pregunta. Por otro lado, tan solo un 10 % de los mismos responde que rara vez se sienten realmente felices; mientras que un 32 % solo se sienten felices de manera ocasional.

Al mismo tiempo, la mayoría de estos encuestados afirmaron estar cómodos con su salud financiera. De hecho, de entre los encuestados que afirmaban sentirse felices, el 47 % estaba bastante cómodo con sus niveles de ahorros y la gestión de sus finanzas personales, frente al 21 % de las personas que afirmaban sentirse felices solo de manera ocasional.

Es decir, parece que existe cierta relación entre dinero (o más bien, la salud financiera) y felicidad. Aunque como veremos más adelante, todo depende del cristal con el que se mire.

¿El dinero da la felicidad? Sí, pero hasta cierto punto Angus Deaton y Daniel Kahneman, psicólogos, ganadores del Premio Nobel de Economía y pioneros de la economía conductual, publicaron un paper en 2010 en el que relacionaban la felicidad de los trabajadores con su nivel de renta. Las conclusiones del estudio eran que sí, que el dinero da la felicidad, pero hasta un punto determinado.

Revisando encuestas realizadas a más de 450.000 trabajadores de todo Estados Unidos, Deaton y Kahneman observaron que el bienestar emocional de los participantes crecía conforme aumentaban los ingresos. Sin embargo, estas conclusiones eran ciertas hasta los 75.000 $ de renta anual, punto a partir del cual sucesivos incrementos de ingresos no tenían como contrapartida una mayor felicidad.

Eso sí, el estudio concluyé que, en general, la obtención de grandes niveles de ingresos sirve para obtener mayor satisfacción y realización laboral. Por contra, un individuo con ingresos bajos tiende a tener un menor bienestar emocional y una autoestima más baja.

A esta conclusión llegá también la psicóloga estadounidense Jean Twenge en un artículo enThe Conversation, pero fue un paso más allí, comparando este resultado en diferentes décadas, desde 1972 a 2016. Y lo que encontró fue que, ahora, la relación entre dinero y felicidad es más profunda que nunca.

Diversos estudios afirman que, a partir de 75.000 dólares, sucesivos incrementos de salario no tienen un impacto real en la felicidad de los trabajadores
Dinero o tiempo libre: he ahí la cuestión ¿Disfrutar de más tiempo libre o ganar más dinero? Para muchas personas, esta disyuntiva provoca una toma de decisiones cotidiana. Sin embargo, algunos estudios sugieren que priorizar el ahorro sobre el tiempo libre puede determinar nuestro nivel de felicidad.

Sin ir más lejos, en una encuesta recienteelaborada por la Universidad de Columbia a más de 1000 estudiantes, se preguntaba si tendían a priorizar el tiempo sobre el dinero o al revés.

Las conclusiones a las que llegaron los investigadores fueron realmente interesantes, y hasta cierto punto contraintuitivas. Un año después de su graduación, los estudiantes que priorizaron el dinero sobre su tiempo libre eran menos felices que los compañeros que priorizaron el tiempo libre.

Los resultados del estudio, que no encontró diferencias sustanciales entre estratos socioeconómicos, servían para rechazar la creencia generalizada de que el dinero da la felicidad. El tiempo libre era un bien mucho más valorado por los estudiantes.
Motivos para creer que el dinero da la felicidad Más allá de estudios que relacionan de forma directa la felicidad y el dinero, lo cierto es que existen una serie de razones obvias que explican por qué una buena salud financiera puede contribuir a alcanzar la felicidad:
Proporciona tranquilidad. La estabilidad emocional que brinda tener unas finanzas saludables a largo plazo sí contribuye a alcanzar los objetivos de felicidad. De hecho, en situaciones de recesiones económicas en las que la incertidumbre laboral es la predominante, una buena salud financiera es sinónimo de tranquilidad y solvencia, lo que tiene un impacto psicológico directo en nuestra felicidad. Las necesidades básicas están cubiertas. La famosa pirámide de Maslow establece que solo prestaremos atención a las necesidades situadas en la parte superior de la pirámide si antes se han satisfecho las necesidades más básicas. Esta teoría demuestra por qué no es posible conseguir la autorrealización si antes no hemos satisfecho las necesidades de comida, vestuario o vivienda, por ejemplo, para las cuales es necesario un cierto desembolso económico.
Argumentos para defender que el dinero no da la felicidad Existen también argumentos en contra de la teoría de que dinero da la felicidad. Entre ellos, destacan los siguientes:
El tiempo no se compra. El dinero nunca podrá comprar el bien más preciado y limitado que existe: el tiempo. Estudios como el de la Universidad de Columbia demuestran por qué muchas personas prefieren disponer de tiempo libre antes que ganar mucho dinero. La importancia del salario emocional. Cada vez son más las empresas que utilizan el salario emocional , un concepto que se refiere a todas aquellas retribuciones no económicas que el trabajador puede obtener de la empresa; su objetivo es incentivar de forma positiva la imagen que tiene sobre su ambiente laboral. Y aquí la conciliación laboral gana por goleada. De hecho, según un estudio de Adecco, el 64% de los trabajadores renunciarían a un mayor salario a cambio de una mayor “felicidad laboral”. La libertad y la prosperidad no tienen precio. A nivel mundial, se aprecia una relación directa entre la felicidad y el régimen de libertades que disfrutan los ciudadanos de un país. De acuerdo al índice global de felicidad elaborado por Naciones Unidas, los primeros países del ranking son tradicionalmente aquellos cuyos ciudadanos disfrutan de mayor libertad social y económica, y suelen corresponderse con los países más prósperos.
Mientras tanto, el debate entre dinero y felicidad sigue su curso. No cabe duda que la felicidad está relacionada con el dinero, pero con muchos matices, ya que, como reza el dicho, “el dinero no lo es todo”.
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