¿Sabes qué impuestos hay que pagar por tener un depósito bancario? Así tributan
A la hora de cumplir con Hacienda, todo se mira con lupa, aunque uno de los elementos patrimoniales que pasan más desapercibidos en estas fechas son los depósitos. Este producto financiero, pese a ser de los más elementales, genera muchas dudas en este ámbito: ¿si tengo dinero en el banco, me cobran impuestos? La respuesta es afirmativa, pero con un matiz: no se tributa por el dinero guardado en ellos, sino por su rendimiento (los intereses).
¿Qué son los depósitos bancarios?
Se trata de uno de los productos financieros más básicos y extendidos. Un depósito bancario es un contrato que obliga a una entidad financiera a custodiar el dinero de un cliente durante un período de tiempo determinado. Hay dos tipos:
A la vista: el cliente puede disponer del dinero depositado en cualquier momento, pero la rentabilidad que ofrece esta modalidad es reducida, o en ocasiones nula. Aquí se incluyen las cuentas de ahorro y las cuentas corrientes.
A plazo: se entrega el dinero a la entidad durante un plazo fijo, durante el cual se van generando intereses, pero el dinero no se puede retirar (sin sufrir penalización).
Podría decirse que es la herramienta de ahorro más segura para el consumidor, por lo que su penetración en el mercado es inmensa, igual que su importancia para la economía en su conjunto.
Desde el punto de vista de los pequeños ahorradores, la función principal de los depósitos a plazo es la de ‘actualizar’ su dinero. Los ahorros no están quietos, acumulando polvo y perdiendo valor por la inflación, sino que generan un rendimiento que ayuda a mantener el poder adquisitivo del cliente.
Por otra parte, se trata de un producto que aporta una gran seguridad a las familias, puesto que el dinero depositado está respaldado por el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) hasta un límite de 100.000 euros. Por consiguiente, aunque el banco se vaya a la quiebra, los ahorros cuentan con la protección del Estado.
¿Se paga algún impuesto por tener dinero en el banco?
Los impuestos no se aplican a la cantidad guardada en el depósito, sino sobre los intereses que éste genera.
En otras palabras, lo que tributa es el dinero ‘extra’ que nos da el banco a cambio de haber depositado allí nuestros ahorros, y cuya cuantía depende del interés pactado por las partes y el tiempo transcurrido.
Lo entenderemos mucho mejor con un ejemplo. Supongamos que contratamos un depósito a un año con un banco y le entregamos 20.000 euros de nuestros ahorros, a los que se aplicará un interés anual del 1%. Cuando acabe el año, recibiremos el 1% de 20.000 euros, es decir, 200 euros.
Los 200 euros de beneficio que hemos obtenido a través del depósito será la cantidad por la que tendremos que tributar.
La tributación de los depósitos
Los depósitos tributan en el IRPF como rentas del ahorro. Esta categoría corresponde a la rentabilidad económica conseguida a través de las inversiones, en contraposición a las rentas del trabajo.
Dentro de este grupo encontramos, además de los depósitos, los dividendos, las acciones, los fondos de inversión y los diferentes tipos de participación en los beneficios de una compañía.
Como veremos a continuación, la tributación se aplica de forma progresiva, dentro de una escala que ha ido cambiando desde el año 2012.
¿Qué impuestos se pagan por los depósitos bancarios?
El porcentaje de los beneficios que tendremos que pagar a Hacienda depende de la cuantía de los mismos. El cálculo se realiza a través de la siguiente tabla (para el año fiscal 2023):
Entre 0 y 6.000 euros de beneficio: se paga el 19% de ese beneficio.
Entre 6.000,01 y 50.000 euros: se paga el 21%..
Entre 50.000 y 200.000 euros: se paga el 23%.
Entre 200.000 y 300.000 euros: se paga el 27%
Más de 300.000 euros: se paga el 28%.
¿Cómo se calculan los impuestos de los depósitos bancarios?
La escala porcentual del epígrafe anterior es la plantilla que nos permitirá calcular el dinero que se llevará Hacienda.
Volvamos al ejemplo del depósito de 20.000 euros al 1%. Si consultamos la tabla, veremos que a los 200 euros de beneficio de nuestro depósito ficticio les corresponde la horquilla del 19%.
Aplicando dicha tasa, obtendremos un resultado de 38 euros (el 19% de 200), que es la cantidad que tendremos que pagar en impuestos.
¿Cómo tributan los depósitos en la renta?
A pesar de que hablamos de pagar impuestos, no tenemos que ir a Hacienda a pagar activamente estos impuestos, sino que es el propio banco el encargado de guardar lo correspondiente y enviárselo a Hacienda. Es lo que se conoce como retenciones: cantidades de dinero que se envían automáticamente a Hacienda, en previsión del resultado esperado en la declaración de la renta o IRPF.
En el caso de los depósitos y demás rendimientos del capital, la tasa que se aplica es fija: el 19%. Es decir, la cantidad que se adelantará al Estado es la misma, sin importar la rentabilidad obtenida (aunque si la cantidad total de beneficios obtenidos en las rentas del ahorro supera los 6.000 euros, tendrás que ajustar la deuda con Hacienda al preparar el IRPF).