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Multiplícate por dos y divídete por cero: así funciona el multiplicador en la economía
Posiblemente hayas escuchado alguna de las canciones de Bom Bom Chip , un grupo español que alcanzó una gran popularidad entre los jóvenes de los años 90. Es más, estoy convencido que su mención te ha creado un poco de nostalgia ya que, posiblemente, haya sido el grupo favorito de tu infancia, como el de tantos y tantos españoles que también pertenecen a mi generación.

Una de sus canciones más populares decía algo así como multiplicate por cero y dividete por dos que, aunque su intención era mandar a paseo otra persona, tiene puede ser utilizada también para explicar uno de los efectos más importantes de la teoría económica, el llamado multiplicador keynesiano o, simplemente, efecto multiplicador.

Cuando un grano de arena acaba creando una playa En economía, el efecto multiplicador consiste en un conjunto de efectos en cadena que se producen como consecuencia de un incremento del consumo, la inversión o el gasto público, tres de los principales componentes del PIB de un país . Aunque muchas veces no se explica de esta manera, el multiplicador también funciona con signo contrario, produciendo un efecto también en cadena cuando desciende alguno de los tres elementos previamente citados y, en muchas ocasiones, propiciando las crisis económicas.

El mecanismo es muy sencillo de entender. Supongamos que Juan recibe doce euros, de los que gasta diez en una panadería. Aunque Juan no es el único cliente del panadero y, por tanto, éste obtiene más de los diez euros que le ha entregado Juan, vamos a poner atención al dinero que Juan ha puesto en circulación intentando seguir su viaje. El panadero recibe, por tanto, estos diez euros como ingreso que, una vez satisfechos sus compromisos con sus trabajadores y con la Hacienda Pública, acaban siendo ocho euros que puede utilizar para consumir lo que considere conveniente.

Supongamos que el panadero ahorra dos euros y con los seis restantes, va la carnicería a comprar carne, por la que paga los seis euros que le había entregado Juan. Éste también tendrá que satisfacer, como el panadero, sus compromisos fiscales y con sus trabajadores por lo que, una vez deducidos estos gastos, tendrá cuatro euros para consumir. Como el carnicero también es consumidor, utilizará estos cuatro euros para comprar leche. El tendero, a su vez, los recibe y le quedarán dos euros para consumir una vez ha satisfecho todas sus obligaciones.

Aunque el ejemplo puede no resultar muy realista, puesto que por lo general los precios de estos productos suelen ser más elevados y, sirve para ilustrar cuál es el viaje que siguen los doce euros puestos en circulación por Juan en primera instancia, y cómo se van diluyendo a medida que van consumiéndose por el resto de agentes económicos en su viaje. Evidentemente, las proporciones también son ficticias y puede que el carnicero tenga que satisfacer más dinero en concepto de obligaciones que el agente inmediatamente anterior en la cadena o, simplemente, decida ahorrar una proporción mayor de la renta que el resto.

¿Qué ocurre, por tanto, cuando alguien pone dinero en circulación? Este sencillo ejemplo sirve para ilustrar las consecuencias de un aumento del consumo por parte de una familia, un aumento de la inversión por parte de una empresa o un aumento del gasto público por parte del Estado (o una combinación de las mismas): Si Juan no hubiese puesto en circulación su dinero, tanto el panadero como el carnicero como el tendero hubiesen visto restringidos sus ingresos por ventas, no pudiendo utilizar esa renta para su consumo. Juan tenía doce euros y gastó diez. Sin embargo, la suma de los consumos subsiguientes por parte del panadero, el carnicero y el tendero suman en total 22 euros (10+6+4+2). ¿Qué ha ocurrido? Simplemente, que el flujo de efectivo ha aumentado como consecuencia del efecto multiplicador económico. Ello no se debe a que los doce euros iniciales de Juan se hayan multiplicado casi por dos, sino que al ser el gasto de un agente el ingreso de otro y poder ser utilizado en una transacción siguiente, se origina este fenómeno que no podría haberse llevado a cabo si hubiese sido Juan solo el que hubiese comprado tanto al carnicero como al tendero. Es más, pese a que Juan ha sido el iniciador de esta cadena, tanto el panadero como carnicero como el tendero seguramente estarían realizando otras compras, por lo que el efecto multiplicador de cada uno de ellos se sumaría al iniciado por Juan y sería muy superior. Análogamente, cuando los hogares restringen su consumo, se produce del mismo modo el efecto en cadena pero con el efecto contrario. Si, por ejemplo, Juan deja de comprar en esa panadería, el panadero contará con diez euros menos con los que a su vez adquirir la carne al carnicero y éste a su vez al tendero. Esta restricción provoca un descenso en la cifra de ventas de las empresas lo que, una vez se ha generalizado por toda la economía, produce las crisis económicas.
¿Por qué tiene tanta importancia el multiplicador en economía? En el caso que hemos analizado hasta ahora, el multiplicador es de 1,83 (22/12). Es decir, con los doce euros iniciales de Juan se ha generado un flujo de efectivo de 22. En un ejemplo tan sencillo de una economía en tamaño diminuto, a escala local y con un flujo de efectivo dado, el cálculo de este multiplicador es tremendamente sencillo. Sin embargo, al hablar de una economía nacional con tantas transacciones y con relaciones no definidas, la situación se complica.

Por eso, las autoridades económicas tratan de estimar este multiplicador para conocer cuál será, por ejemplo, la cuantía del gasto público que el Estado debe aumentar para llegar a un determinado nivel de PIB. Por ejemplo, si un Gobierno decide aumentar el gasto público para construir una nueva carretera, tendrá que contratar a una empresa que se encargue de construir el camino, otra de asfaltar la carretera, otra que la pinte, etc. Cada una de ellas, a su vez, tendrán que pagar el salario a sus empleados, los cuales consumirán una parte del mismo, aumentando las ventas de otras empresas y continuando el proceso multiplicativo.

Por tanto, el multiplicador informará a los responsables de llevar a cabo la política económica de las consecuencias de sus decisiones, al menos de forma aproximada y, por este motivo, constituye un elemento tan importante para la economía de cualquier país desarrollado. Así que, cuando estés consumiendo, que sepas que quizá estés multiplicando tu acto por dos… o quién sabe si por más.
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