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Cómo analizar el ETF que te conviene Elegir el mejor ETF, como casi todo en la vida, necesita un pequeño análisis y algo de reflexión. Con ello, buscarás confirmar que esta es tu mejor alternativa de inversión y encontrar, dentro del amplio catálogo de ETFs, cuál es el que más encaja con lo que necesitas. ¿Qué son los ETF y cómo funcionan? Las siglas ETF proceden de la expresión en inglés Exchange Traded Fund, que puede traducirse por fondo cotizado en bolsa. Es decir, son fondos de inversión (acumulan el dinero de muchos inversores para invertir juntos en algo), pero los puedes comprar en la bolsa (su precio está actualizado en todo momento y se puede comprar como si fueran acciones). Lo más común es que los ETFs busquen imitar el comportamiento de un índice, de forma que puedes invertir en todo un mercado o sector, sin tener que elegir las empresas concretas una a una, ni confiar el dinero al criterio de un gestor. Por ejemplo, invertir en el IBEX 35, en el NASDAQ-100, o en las principales empresas de salud mundiales. Ventajas de invertir en ETF Los ETFs se utilizan, fundamentalmente, para invertir de forma fácil y diversificada. Con una sola orden de compra, inviertes en todas las empresas de un índice, y no tienes que preocuparte de si a una le va mal, porque el índice se renueva constantemente para incluir a todas las empresas relevantes. Para aquellos que creen en la gestión pasiva , que prefieren invertir a largo plazo, sin seguir los movimientos de la bolsa cada día, son una herramienta fundamental (que complementa a los fondos índice). Para los que prefieren la gestión activa son una ayuda importante también. Por ejemplo, si quieren invertir un porcentaje limitado en una región (como Asia) o temática (como empresas inmobiliarias, o los aristócratas del dividendo) sin esfuerzo. O para tener la mayoría de su patrimonio invertido en todo el mundo y sólo operar en acciones con un 10 % o un 15 % de su dinero. ¿En qué fijarte antes de elegir ETF? Claves para analizarlos Encontrar el ETF a tu medida no es muy complicado. Solo exige que prestes atención a algunos aspectos. Índice, sector, materia prima y/o tendencia que replica: ¿en qué estoy invirtiendo? 1. Índice o región: la mayoría de los ETFs replican índices, que miden la evolución de un conjunto de acciones o bonos, normalmente de una región geográfica específica. Por ejemplo, el IBEX 35 sintetiza la marcha de las 35 empresas más importantes de la bolsa española. 2. Materias primas: también podemos encontrarnos con ETFs que replican la evolución del precio de materias primas (oro, gas natural, petróleo…). 3. Sectores: otros ETFs agrupan acciones de empresas de sectores concretos: industriales, financieras, inmobiliarias, energéticas, de productos básicos de consumo, de salud, tecnológicas, de telecomunicaciones, de consumo discrecional… 4. Tendencias: por último, también los hay que replican temáticas o tendencias, como los ETFs que agrupan empresas con prácticas sostenibles, o que invierten en blockchain.

Bolsa en la que cotiza el ETF No es lo mismo si cotiza en España que si cotiza fuera, sobre todo a efectos de comisiones, días de apertura de las bolsas, u otros factores de mercado que pueden afectar de forma específica. Divisa en la que invierte el ETF: ¿tengo riesgo de divisa? Si el ETF replica un índice en el que las acciones cotizan en euros, no existe este riesgo. Sin embargo, al invertir en índices de fuera, sí que es importante tener en cuenta que tenemos riesgo de divisa, es decir, que nuestra rentabilidad puede ser muy diferente a la del índice (tanto a nuestro favor como a nuestra contra), si el tipo de cambio del euro contra esa moneda cambia con fuerza. Tipo de réplica: ¿cómo invierte para replicar el índice?
Hay fundamentalmente dos formas de replicar la evolución del índice de referencia: Física: compra directamente los activos que componen el índice (puede ser total, si compra todos, tal cual están en el índice, o parcial, si compra una muestra de ellos que se espera que tengan una evolución muy parecida a la del índice en su totalidad). Sintética: utiliza derivados sobre el índice, lo cual abarata costes de gestión, pero aumenta los riesgos, porque no invierte en los activos como tal.
ETF de distribución o de acumulación: ¿voy a recibir dividendos? En los de distribución, te pueden repartir dividendoscada cierto tiempo (y hay que entender el criterio que siguen para ello). En los de acumulación , los dividendos que recibe el ETF se reinvierten, haciendo que su precio aumente más (gracias al interés compuesto). Comisiones del ETF: ¿cuáles tiene y cómo las cobra? En general, las comisiones de gestión de los ETFs son más reducidas que las de los fondos, porque al tener la operativa automatizada, son más baratos de gestionar. Por ejemplo, un fondo que tenga mucha complejidad en su búsqueda de inversiones o en la operativa, podría cobrar un 2 % o más, mientras que un ETF es impensable que cueste más del 0,50 %. De hecho, los ETFs que replican mercados muy líquidos, como el S&P 500, pueden llegar a costar apenas un 0,03 %. Pero no debemos ignorarlas. Estas comisiones se pueden consultar en el folleto del ETF y no las pagas desde tu cuenta: salen directamente del patrimonio del fondo. Además, hay comisiones que están ligadas al hecho de que el ETF cotiza: las comisiones de compra y venta, la de mantenimiento, los cánones de la bolsa o los gastos asociados a la cuenta de valores. Estas dependen del banco o plataforma con la que compres los ETFs y las verás reflejadas en tu cuenta. Tracking error: ¿qué tal replica al índice? El tracking error mide la diferencia que ha habido en el pasado entre la rentabilidad del ETF y la del índice que replica. Es normal que haya cierta diferencia, por las comisiones y otros gastos de gestión que tenga el ETF (a mayor comisión, mayor diferencia respecto al índice), pero no debería ser mayor que la suma de estos dos conceptos. Aunque el tracking error suele ser pequeño, una diferencia de décimas puede suponer bastante menos rentabilidad en el largo plazo, así que, cuanto menor sea, mejor. El tracking error sirve como indicador rápido de qué tal cumple su objetivo el ETF, es decir, cuánto de lejos se queda de replicar perfectamente al índice que tiene como objetivo. Tamaño del ETF: ¿cuál es mejor? Suele ser más fiable invertir en los ETFs de mayor tamaño, porque tienen mayor liquidez: es más sencillo comprar y vender en el momento elegido (hay más gente dispuesta a vender y más gente buscando comprar). Los ETF de menor tamaño también tienen mecanismos para garantizar la liquidez, pero pueden ser más arriesgados en situaciones excepcionales de mercado.
¿Cómo interpretar el nombre de un ETF? Aunque los nombres pueden parecer, a priori, indescifrables, es más fácil entenderlos sabiendo que tienen estos bloques: 1. Emisor del ETF, que suele ser una gestora o una marca específica de una gestora (Vanguard, Lyxor, Amundi, iShares...) 2. Índice, sector, temática, o región en dónde invierte, por ejemplo, IBEX 35, S&P 500, NASDAQ-100, Automation & Robotics, Gold… 3. Información regulatoria, por ejemplo, UCITS, que significa que cumple con esa directiva de la Unión Europea. 4. Otros detalles técnicos, como si es de distribución (Dist) o acumulación (Acc), la divisa en la que invierte, dónde está domiciliado, tipo de réplica y si son apalancados, entre otras características. ¿Cómo elegir el mejor ETF para invertir? Conviene que te hagas ciertas preguntas para comparar y descubrir el que mejor se ajusta a tu perfil: ¿Cuál es tu perfil de inversión? Como en cualquier inversión, debes medir los riesgos que estás dispuesto a asumir y la volatilidad que puedes aguantar. ¿Cuáles son tus objetivos de inversión? Los ETF pueden adquirirse con la vista puesta en el largo plazo, porque están muy diversificados y se adaptan a los cambios que suceden en los índices con el paso del tiempo. También puedes emplearlos en la operativa a corto plazo, con la ventaja de saber que evolucionan en paralelo a índices que puedes seguir en tiempo real. ¿Qué características tiene el ETF que tienes en mente? Recorre la lista de claves y, sobre todo, no te olvides de entender bien las comisiones que cobra cada ETF y cuánto dinero total gestiona. Como ves, elegir el mejor ETF está a tu alcance. Dedicar un poco de tiempo a la decisión puede ser una gran inversión.
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