Comprar barato y vender caro es el objetivo de todo inversor. Pero, ¿cómo saber si una acción o
cualquier otro activo está barato o caro? La clave está en diferenciar su precio de su valor.
¿Qué es el precio de una acción?
El precio de una acción es la cantidad en euros, dólares o cualquier otra moneda que hay que pagar para
comprar una acción. No hay que olvidar que una acción es una parte proporcional del capital de una empresa y
que quien compra una acción se convierte en dueño de una parte de esa empresa.
Podríamos matizar un poco más qué es el precio de una acción si la ubicamos
en el mercado donde se negocia con ellas —bolsa—: es la cifra que un comprador está dispuesto a pagar por
una acción (demanda), que coincide con la cifra que un vendedor está dispuesto a venderla (oferta),
siempre en un momento determinado. Y este último aspecto es importante,
porque el precio oscila en el tiempo en función del mercado:
Más demanda que oferta: sube el precio.
Más oferta que demanda: baja el precio.
Si queremos comprar una acción, por ejemplo, de Microsoft, miramos en el mercado donde cotiza (Nasdaq) y
vemos que en este instante tiene un precio de 296 dólares. Pero reiteramos que ese es el precio en este
instante, porque variará a lo largo del día y en las próximas jornadas.
¿Qué es el valor de una acción?
El valor de una acción no es tan fácil de conocer. De hecho, no existe una única forma
de calcular el valor de una acción y hay que recurrir a diferentes herramientas para
aproximarlo. Se trata de ratios que inspeccionan el balance de la empresa, su negocio,
analizan su capacidad de creación de beneficios y contraponen su activo y su pasivo.
¿Cómo saber si una acción está cara o barata?
Para saber si una acción ha encarecido o no su precio, necesitamos conocer ciertos
términos:
BPA
El beneficio por acción (BPA) o EPS (Earnings Per Share) divide el
beneficio neto del ejercicio entre el
número total de acciones. Es la base para el cálculo del PER.
PER
Price to Earnings Ratio o ratio de precio a beneficios compara el precio de
mercado de una empresa con sus
beneficios (PER = precio / BPA). Refleja lo que el mercado está dispuesto a pagar hoy en función de los
beneficios pasados o futuros (en este caso en base a las estimaciones de los próximos años).
Un PER elevado indica que el precio es alto comparado con sus beneficios: acción cara.
Un PER bajo indica que hasta la fecha considerada está dando muchos beneficios en
comparación con su precio: acción barata.
PEG
Es una evolución del PER, porque además incluye la tasa de crecimiento de los beneficios. Por tanto, el
Price to Earnings to Growth ratio, compara el precio de una acción con los beneficios que genera ahora y
los que se esperan en el futuro.
PBR
El Price-to-Book Ratio o precio a valor contable o simplemente precio en libros calcula el valor real de la
compañía que, si precio y valor fueran el mismo concepto, coincidirían —ya hemos visto que no es así —. Hay
que mirar el balance. Se obtiene al dividir el precio del total de acciones de la empresa entre el valor
neto de sus activos (activos totales – pasivos totales).
El PBR muestra el diferencial entre el precio que “asigna” el mercado y su valor contable.
Dividend Yield
Otra forma de medir la salud de una empresa es estudiando sus dividendos. El dividend yield o rentabilidad
por dividendo es un ratio que compara el dividendo de una acción con su precio: dividendo por
acción /
precio de una acción.
¿Cuál es la diferencia entre el valor y el precio de una acción?
Los inversores en valor no se fijan solo en el precio del mercado, condicionado por la oferta y la demanda,
sino que amplían el campo de visión y estudian cada compañía como una
posible opción de inversión a largo
plazo.
Los value investors se aprovechan de la diferencia entre el valor y el precio de una
acción. Una vez que
conocen el valor de una acción, solo tienen que esperar a que su precio sea injustificablemente bajo.
Entonces llega su oportunidad y compran barato. Esto sucede porque el mercado “asigna” un precio equivocado
a una empresa. Suele ocurrir por una sobrerreacción, como una mala noticia, un problema puntual de la
compañía o algún acontecimiento que lleve a los accionistas en conjunto a vender sus acciones.