PER es un término que procede del inglés Price Earnings Ratio, que
podemos traducir como ratio
precio/beneficio.
¿Qué es el PER o Price Earning Ratio y para qué sirve?
Es un indicador que pretende
relacionar el precio de una acción con el beneficio por
acción
. Se realiza un
cociente entre ambas magnitudes y el resultado muestra el número de veces que la capitalización bursátil
refleja las ganancias de la empresa.
¿Qué mide el PER de una acción?
En la práctica, el PER es un cociente. En el numerador siempre aparece el
precio de la acción, pero en el
denominador pueden aparecer diferentes concepciones del beneficio por acción:
En algunos casos, el beneficio es el que aparece en las
cuentas
anuales
. En otros, sin
embargo, se utilizan otros indicadores financieros de resultados.
Ten en cuenta que para saber lo
que gana una empresa, lo primero que debemos considerar es qué metemos dentro del cálculo y en qué
período. En algunas situaciones, puede que nos interese introducir o quitar ingresos o gastos con
criterios distintos a los de la contabilidad oficial.
Muchas veces, verás
una cifra junto al PER indicativa de un
año
. En ese caso, el beneficio
no es el de las últimas cuentas, ni siquiera corregido, sino una estimación del resultado futuro.
Las podemos obtener de muchas maneras, pero lo más habitual es recurrir a las previsiones que
realizan inversores profesionales. A veces, verás en la prensa indicadores que reflejan lo que una
media de expertos calcula que podrá ganar la empresa en un año futuro.
¿Cómo se calcula el PER?
Una vez tienes claro el concepto y has obtenido las cifras que necesitas,
el cálculo es sencillísimo. Solo tendrás que dividir el precio de la acción en un momento dado entre el beneficio por acción. Este último será el resultado
de dividir el beneficio entre el número total de acciones de la empresa.
¿Cómo interpretar el PER?
El PER es un indicador de expectativas. Si es elevado, lo normal es que
muestre que los inversores confían
en que el beneficio vaya creciendo a buen ritmo en el futuro. Por eso, pagan cantidades muy superiores al
beneficio actual o al previsto en los próximos ejercicios.
En todo caso, no olvides que los beneficios futuros no pueden sumarse al realizar una valoración de la
empresa. No vale lo mismo ganar una cantidad hoy que dentro de muchos años. Que la diferencia sea más
grande o pequeña depende de los tipos de interés y del riesgo de la empresa.
Cuanto más elevados sean los tipos de interés, menos se valora el futuro. Por lo tanto, el
precio de las acciones será más reducido y, con él, el PER.
Si una empresa es muy arriesgada, los inversores valorarán menos las perspectivas del
futuro más lejano. Entonces, el precio y, con ello, también el PER de la acción serán más
reducidos.
¿Qué indica un PER negativo?
El PER será negativo cuando la empresa haya tenido pérdidas en el ejercicio
para el que calculamos el PER y
según el concepto de beneficio que hemos manejado. No obstante, si es muy negativo, puede indicar que, pese
a los malos resultados de un período concreto, las expectativas futuras son positivas.
¿Cuál es un buen PER?
No hay un PER ideal. Depende del riesgo que quieras asumir, las
circunstancias del mercado, los cambios que
ha vivido la empresa y cómo se han reflejado en la cotización de la acción.
¿Hay que fiarse sólo del PER para invertir?
No es una buena idea para invertir en acciones. En general, hay una
tendencia a creer que las empresas que
mantienen un PER elevado durante mucho tiempo son más arriesgadas, pero tienen mayor potencial. Las de PER
reducido durante largas temporadas pueden reflejar negocios muy sólidos, con pocas perspectivas de
crecimiento, pero también con menos amenazas y dificultades. Pero esto no siempre es así.
De hecho, cualquier afirmación que se haga sobre el PER de una acción debe entenderse dentro del contexto y
evolución de la empresa y su cotización y la situación del entorno financiero y macroeconómico. Por tanto,
es un elemento más que debes considerar. Descubrir por qué el PER de una acción es alto o bajo en un momento
dado te ayudará a comprender mejor la realidad de su negocio y a dar
sentido a sus expectativas y riesgos.