¿Qué ocurre durante una recesión? Durante una recesión económica, los rendimientos de las inversiones varían, por ello, el panorama de incertidumbre actual genera inquietud con respecto a nuestras finanzas. Recesión económica: ¿qué es y por qué debería importarme? Una recesión se refiere a la contracción de la economía. Esto forma parte del ciclo económico: periodos de crecimiento seguidos de periodos de contracción. No hay una definición formal, pero a menudo se describe como dos trimestres consecutivos de crecimiento económico negativo. Aunque cada recesión es única, suelen estar relacionadas con una reducción del gasto, como resultado de una inflación alta, falta de liquidez, o una gran sacudida del mercado, como una burbuja inmobiliaria. Las recesiones tienen un gran impacto en la economía: afectan a los precios de los activos, los tipos de interés y el desempleo, e incluso pueden provocar cambios permanentes en las leyes y la política. Es decir, afectan a las finanzas de todos. A medida que algunas empresas se hunden por falta de crédito o intentan ahorrar dinero despidiendo a gente, el desempleo empieza a aumentar. Por ello, la gente tiene menos para gastar, lo que reduce el consumo. Invertir en recesión
¿Qué ocurre con los precios de las acciones? La contracción de la economía reduce los beneficios de las empresas. Los inversores buscan productos más conservadores. En general, los precios de las acciones bajarán, sobre todo en el caso de las empresas con altos niveles de deuda (porque los inversores temen que no puedan devolver sus préstamos y cierren). Sin embargo, algunos sectores pueden resistir mejor este entorno negativo, incluso beneficiarse de él al ser percibidos como “seguros”. Los productos de primera necesidad (alimentos o productos de higiene), los productos farmacéuticos o los relacionados con la salud, suelen ser los que menos sufren y por tanto pueden ser valores refugio. Los sectores de la energía y la educación, dada su demanda constante, pueden resistir bien una recesión, al igual que sectores esenciales, como los servicios públicos y la defensa. Los dividendos constantes que pagan las empresas de estos sectores, combinados con sus modelos de negocio estables, hacen que a menudo resistan bien la desaceleración económica.
¿Y los bonos? Una crisis económica aumenta el riesgo de que una empresa no sea capaz de devolver los préstamos. Por eso los bonos corporativos suelen perder valor en estos periodos. Sin embargo, los precios de los bonos del estado suelen subir (y, por tanto, los rendimientos bajan), ya que es muy poco probable que los gobiernos de Alemania y Estados Unidos, por ejemplo, incumplan el pago de su deuda, por lo que se consideran un activo seguro. Por supuesto, no todos los bonos soberanos son iguales: los bonos de los países percibidos como de mayor riesgo tienden a bajar de precio, aumentando su rendimiento en periodos de recesión. ¿Y otros activos? Las recesiones tienden a recortar el valor de la divisa del país que la sufre. Los inversores prefieren dirigir su dinero a geografías donde la economía crece. La menor demanda de divisas de ese país deprecia su valor. Los precios de las materias primas también tienden a bajar: a medida que las economías se ralentizan, necesitan menos materiales. Todos estos precios pueden caer antes de que empiece realmente una recesión: si los inversores creen que se avecina una, empezarán a vender. Irónicamente, esto podría desencadenar una recesión. ¿Qué significa esto para mis inversiones? Ante síntomas claros de recesión, muchos inversores reaccionan tomando posiciones defensivas. Pero para otros, una recesión puede convertirse en una gran oportunidad para comprar activos, argumentando que una caída del mercado puede ofrecer grandes oportunidades para comprar acciones de buenas empresas a precios de descuento. Cuando el mercado se recupere, es posible que las inversiones hayan ido bastante bien por haberse adentrado en el caos mientras todos los demás huían. ¿Cómo terminan las recesiones? Las recesiones se suelen terminar cuando se reactiva el gasto, lo que se puede lograr a través de diferentes herramientas. En primer lugar, se pueden recortar drásticamente los tipos de interés para hacer que el ahorro sea menos atractivo y motivar a las personas a gastar e invertir. Si esto no es suficiente, los gobiernos pueden optar por estímulos fiscales, pidiendo prestado y gastando en proyectos para reactivar el gasto privado. Sin embargo, algunos países pueden verse abrumados por su nivel de deuda durante una recesión y optar por recortar el gasto público para intentar reducirla. La competencia de instituciones como los bancos centrales y los gobiernos es crucial para determinar la rapidez de una recuperación o si llega a producirse. No todas las recesiones son iguales. Por ejemplo, las recesiones provocadas por crisis financieras pueden ser más difíciles de superar que las causadas por el sobrecalentamiento de la economía o la inflación. ¿Cómo puedo beneficiarme de una recuperación? Las acciones tienden comportarse bien durante una recuperación ya que empiezan a incorporar en su precio las revisiones al alza de los beneficios. Dado que normalmente este proceso ocurre con los tipos de interés bajos, las empresas que se han endeudado para crecer suelen tener un buen rendimiento en esta fase. Los bonos también pueden ser una buena apuesta pues sus precios suelen subir a medida que bajan los tipos de interés (aunque no suelen comportarse tan bien como las acciones durante un periodo de recuperación). ¿Se puede predecir la próxima recesión? No hay una forma infalible de hacerlo. Algunos indicadores como la tasa de paro, la reducción de las ventas o la evolución de la bolsa y los tipos de interés, nos pueden dar pistas. Además, las recesiones pueden ser causadas por otra gran variedad de factores y eventos, como crisis financieras, guerras, desastres naturales, o cambios en la política gubernamental, entre otros. Es un panorama complejo y debemos recordar que estos indicadores no son necesariamente predictivos y no siempre conducen a una recesión económica. De todos modos, es conveniente mantenerse informado de la evolución de los mercados para poder detectar cambios en los rendimientos de nuestras inversiones.
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