Empezar a invertir pronto, renta. Pocas herramientas son tan poderosas para el inversor particular como el tiempo. Permite aprovechar la fuerza del interés compuesto y también determinadas ventajas propias de la edad.
Un reciente estudio de ING en Bélgica ha descubierto que los treintañeros muestran dos comportamientos que les hacen mejores inversores que quienes han superado el medio siglo de vida. Para empezar, son más pacientes que sus mayores.
La investigación descubrió que los jóvenes tienen mayor capacidad para posponer las ganancias inmediatas a favor del beneficio que se puede obtener a largo plazo. Esto, que parece muy sencillo, va en contra de nuestra naturaleza humana como muestra un estudio de la Universidad de Stanford conocido como el Experimento Marshmallow. Esta tendencia se conoce en economía conductual como descuento temporal y es lo que impide a muchos españoles ahorrar cada mes , además de impulsar el consumismo.
En el estudio de ING los participantes debían elegir entre cobrar 10.000 € de forma inmediata o 15.0000 € en 5 años. El beneficio a largo plazo estaba claro y ofrecía una rentabilidad media anual cerca del 8,5 %. Sin embargo, un 54 % se decantó por el dinero en mano . Por edades, los más mayores fueron los menos pacientes. Un 58 % de las personas entre 55 y 64 años dijo que se quedaría con los 10.000 €. Este porcentaje aumentó hasta el 69 % para los mayores de 64 años.
En este punto, también pueden influir las necesidades económicas . Y es que, un 40 % de los participantes que optaron por el dinero inmediato aseguraron que lo necesitaban.
Más consciente de tus limitaciones
Dicen que el diablo es más sabio por viejo que por diablo y, sin embargo, la edad puede jugar en tu contra cuando se refiere a la gestión financiera . Uno de los errores habituales cuando nos hacemos mayores es creer que estamos mejor informados de lo que en realidad estamos, sobre todo, si tenemos en cuenta informes como el S&P Global Finlit de la Universidad George Washington .
Sobreestimar las capacidades como inversor es uno de los errores típicos del novato en bolsa . Es posible que esa sea una de las razones por las que 1 de cada 5 personas del estudio de ING que optó por coger el dinero en metálico, lo hizo pensando que sería capaz de superar la rentabilidad que le ofrecían. La realidad es que lograr un beneficio anual de 8,5 % puede resultar complicado, pero nuestro cerebro casi siempre será optimista sobre nuestras posibilidades.
El interés compuesto
Por último, hay un motivo claro para empezar a invertir cuanto antes. Se trata del interés compuesto . Dicen que Albert Einstein lo bautizó como la fuerza más poderosa del universo y no estaba desencaminado.
El interés compuesto es la forma más fácil de hacer crecer tu patrimonio e inversiones . Consiste en algo tan simple como reinvertir las ganancias obtenidas cada año y sólo necesita una cosa para funcionar: tiempo, además de que tu dinero esté en movimiento y supere la inflación.
Con suficiente tiempo por delante el interés compuesto hará que los intereses de tus inversiones se multipliquen. Según , que se usa para calcular cuánto tardará en doblarse una cantidad de dinero a un interés constante, con un beneficio anual del 4 % tardarías 18 años en doblar tu inversión en bolsa. Gracias al interés compuesto, ese último año el beneficio vía intereses será un 93,55 % mayor que el primer año de inversión. ese año no estará invirtiendo 1000 €, sino que invertirá 1947,90 €, que es el capital que llevará acumulado en ese momento.
Empezar a invertir antes también hará que tu esfuerzo financiero sea menor y los resultados mayores. Para que lo entiendas mejor, trata de responder a la siguiente pregunta: ¿Quién tendrá más dinero en la jubilación, una persona que empezó a invertir en bolsa 10.000 €, aportando 100 € al mes a los 30 años y dejó de aportar a los 50 años, u otra que empezó a los 40 años con las mismas condiciones y continuó hasta los 65 años con un rendimiento anual en ambos casos del 4 %? Es fácil que pienses que la segunda, pero los números dicen lo contrario.
La primera persona habría acumulado 105.201,25 € de los cuáles sólo 34.000 € serían aportaciones y el resto intereses. La segunda persona tendría a los 65 años 77.709,76 € y habría aportado 40.000 € de fondos propios. En otras palabras, esa diferencia de 10 años hace que haya que aportar menos dinero propio vía inversión y que el resultado a largo plazo sea mucho más positivo por el interés compuesto.
Esta dinámica se repite si se mantienen las mismas condiciones de inversión y sólo cambian los años. El siguiente gráfico lo ilustra a la perfección.
Además, comenzar pronto tiene una ventaja adicional, ya que a largo plazo el riesgo disminuye y la relación riesgo-rentabilidad es mejor. Por eso mismo, ampliar el horizonte de inversión en bolsa es una buena opción para incrementar los beneficios.