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La fiscalidad de las acciones y los ETF: ¿cómo tributan?
A la hora de invertir, es bueno tener presente la fiscalidad que afecta al producto que elijamos, porque los impuestos van a disminuir nuestra rentabilidad final.
Fiscalidad de las acciones y los ETF: los impuestos que pagarás a Hacienda por invertir Las acciones y los ETF son dos de las opciones más populares para sacar partido a los ahorros. Aclaremos conceptos: Las acciones son las unidades en las que se divide la propiedad de una empresa. Cuanto mayor sea el número de acciones que tiene un accionista, mayor será su porcentaje de participación en la empresa (y en sus beneficios). Los ETF (siglas de exchange-traded fund) son un tipo de inversión, pero con una particularidad: cotizan como acciones. Es decir, se compran y venden en bolsa, a diferencia del resto de fondos, que se suscriben y reembolsan a través de participaciones.
La fiscalidad de las acciones en España
Tener acciones no significa, necesariamente, tener que pagar impuestos por ellas. Se puede ir comprando títulos y mantenerlos, esperando a que aumente su valor, durante años. Pero cuando el inversor vende estas acciones, se genera un beneficio o pérdida patrimonial, que es lo que hay que reflejar en la declaración de la renta. Tanto los beneficios obtenidos en las ventas como los dividendos recibidos (si los hay) se deben reflejar en la declaración de la renta del año en que se realizó la venta o el reparto de ganancias. Es decir, si en el 2023 vendí unas acciones y cobré dividendos, las tendré que reflejar en la declaración que presente entre abril y junio de 2024.


¿Cómo tributan las acciones en 2024? Los beneficios (la plusvalía) obtenidos por la venta de acciones se añaden a la base imponible del ahorro (que es la categoría que aglutina las rentas que genera nuestro dinero y las ganancias o pérdidas que hayamos obtenido al vender nuestras pertenencias). En la declaración de la renta del ejercicio 2023 (la que hay que presentar entre abril y junio de 2024), la tabla de tipos a pagar es la siguiente: Si hemos conseguido menos de 6.000 euros de beneficio: se paga el 19% de ese beneficio. Entre 6.000 y 50.000 euros: se paga el 21% de ese beneficio. Entre 50.000 euros y 200.000 euros: se paga el 23% de ese beneficio. Entre 200.000 euros y 300.000 euros: se paga el 27% de ese beneficio. Más de 300.000 euros: se paga el 28% de ese beneficio. Los porcentajes se aplican al total de ganancias obtenidas con la venta de todos los productos de inversión, no solo las acciones. Al ingreso que obtenemos con la venta se le resta el precio de compra y los gastos asociados, para obtener el beneficio real, y sobre esa base se aplica la tasa impositiva, que se calculará por tramos, de forma progresiva. Por ejemplo: un inversor compra acciones de una empresa inmobiliaria por valor de 7.000 euros, pagando una comisión de 5 euros (es decir, salen 7.005 euros de su cuenta). El valor de las acciones sube hasta 15.000 euros y decide vender, pagando una comisión de venta de 5 euros (recibe 14.995 euros en su cuenta). Al precio de venta (15.000€) le restamos el precio de compra (7.000€) y las comisiones (10€), lo que nos da un resultado de 7.990 euros. Como el porcentaje de tributación se aplica por tramos, los impuestos que nos corresponde pagar son el 19% de 6.000 euros (1.140 euros) y el 21% de 1.990 euros (417,9 euros). Al final, nuestra inversión nos habrá dado una rentabilidad final neta de 6.432,1 euros (7.990€ – 1.140€ – 417,9€). Por otro lado, si al vender las acciones tenemos pérdidas en lugar de beneficios (es decir, si el precio de venta es menor al de compra), tampoco tributaremos por ellas (pero nos servirán para compensar ganancias que tengamos otro año y, así, reducir la cantidad de impuestos a pagar).
¿Hay que pagar impuestos al comprar acciones? Las acciones solo tributan cuando las vendemos, no cuando las adquirimos o mientras las mantenemos en cartera, ya que lo que se fiscaliza es la ganancia obtenida a través de ellas.
¿Qué pasa si cobro dividendos? Además de lo ya explicado sobre las ganancias al vender, es probable que la empresa en la que invertimos pague dividendos, es decir, distribuya parte de las ganancias obtenidas a sus accionistas. En este caso, la tributación depende de la forma en que se cobren los dividendos. Si se reciben en dinero líquido, entran dentro de las rentas del ahorro (es decir, se suman a los intereses recibidos en cuentas de ahorro y a los beneficios o pérdidas obtenidas por la venta de acciones o fondos); pero si los dividendos se entregan en forma de nuevas acciones, no se llega a producir una ganancia de cara a Hacienda, solo tendremos que pagar cuando vendamos esas nuevas acciones (el precio de compra será al que hemos recibido las acciones, aunque no hayamos pagado dinero de nuestra cuenta para obtenerlas).
La fiscalidad de los ETF en España Las autoridades financieras categorizan a los ETF como instituciones de inversión colectiva, como cualquier otro tipo de fondo de inversión. No obstante, se compran y venden, como si fueran acciones, por lo que surge la cuestión de su fiscalidad: ¿los ETF tributan como acciones o como fondos de inversión? ¿Cómo tributan los ETF en 2024? Hasta la aprobación de la Ley de medidas de prevención y lucha contra el fraude fiscal (en 2021), existía una diferenciación entre los ETF cotizados en España y los cotizados en el extranjero. Los primeros se equiparaban a las acciones, mientras que los segundos permitían no tributar por ellos en la declaración de la renta, siempre y cuando los beneficios fueran reinvertidos en la compra de otro fondo de inversión o ETF. La nueva norma ha eliminado esta distinción, homogeneizando el tratamiento fiscal de este tipo de fondos, coticen en España o fuera. Por lo tanto, en la actualidad la tributación de este producto es la misma que la de las acciones: el beneficio o pérdida de cada operación pasará a formar parte de la base imponible del ahorro en la declaración de la renta. No obstante, la Ley establece un régimen transitorio, según el cual se permite aplicar el anterior tratamiento a los ETF cotizados en el extranjero adquiridos con anterioridad al 1 de enero de 2022, siempre que el traspaso tenga como destino un fondo (no otro ETF).
¿Cómo compensar pérdidas y ganancias con las acciones y ETF? A la hora de declarar las rentas del ahorro en tu declaración, recuerda que vas a tributar únicamente por los beneficios reales de tus inversiones (las pérdidas se restan a las ganancias) Eso sí, la compensación está sujeta a unas normas, Hacienda distingue entre dos tipos de rentas del ahorro, y sólo se pueden compensar dentro de cada categoría: Rendimientos del capital mobiliario: Engloba el dinero recibido como intereses de cuentas bancarias, dividendos, seguros, etc. Ganancias y pérdidas patrimoniales: Abarca los resultados obtenidos por la venta de acciones, fondos, ETF, o SICAV. Por tanto, las pérdidas de acciones y ETF solo podrán ser compensadas con los beneficios de otra inversión encuadrada dentro de su categoría (ganancias y pérdidas patrimoniales). En el caso de que de la suma final de las dos categorías tenga un resultado negativo, Hacienda permite realizar una compensación con los rendimientos del capital mobiliario, hasta un máximo del 25 %.
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