Conocer la rentabilidad de un fondo es algo sencillo: basta con consultar la ficha del producto. Pero, ¿de dónde salen esos datos? ¿Cómo se puede calcular la rentabilidad de un fondo? ¿Y el rendimiento real?
Cómo calcular la rentabilidad de un fondo de inversión
El beneficio de la inversión en un fondo se calcula por la diferencia entre el precio de suscripción o compra y el de venta o reembolso. Así de simple.
Otra cuestión diferente es la rentabilidad del propio fondo. La respuesta a esta pregunta está relacionada con el funcionamiento de estas herramientas financieras.
Los fondos de inversión se dedican a invertir el dinero de sus partícipes, y dependiendo de la marcha de esas inversiones estos ganarán o perderán dinero. Cada uno de ellos compra un número concreto de participaciones, y es su evolución la que marcará la rentabilidad del fondo.
Fórmula de cálculo de la rentabilidad de un fondo de inversión
El cálculo de esas participaciones se realiza a diario dividiendo el dinero que hay invertido en el fondo (su patrimonio) entre el número total de participaciones. Esto es lo que se conoce como el valor liquidativo.
Es decir, cuando quieres saber cómo marcha un fondo lo que haces es ver su valor liquidativo. De hecho, este es el dato que se puede ver en medios de comunicación y en la propia página web de la mayoría de fondos, donde también habrá otra información relevante.
Para calcular la rentabilidad de un fondo en términos porcentuales puedes tomar ese dato y hacer el siguiente cálculo:
Así podrás ver cuánto sube o baja un fondo. Para terminar de entenderlo, nada como un ejemplo del cálculo de la rentabilidad: imagina que inviertes 10.000 € en un fondo de inversión para suscribir 100 participaciones con un valor liquidativo de 100 € cada una. Al cabo de un año decides recuperarlo y, en ese momento, el valor liquidativo del fondo asciende a 108 €. ¿Cuál será el beneficio del fondo de inversión? El resultado de la siguiente operación: (((108*100) -10000)/10000)* 100. Es decir, un 8 %.
Recuerda que esa será la rentabilidad bruta. Si quieressaber la rentabilidad real no debes olvidarte de los impuestos ni de las comisiones. Aquí puedes ver cómo se calcula la rentabilidad de una inversión después de impuestos . En cuanto a las comisiones, estas ya se incluyen al calcular el valor liquidativo del fondo. Es decir, la gestora se encarga de restar ese dinero para que no tengas que hacer tú los cálculos de manera diaria.
Cómo comparar la rentabilidad con el índice de referencia
Saber el rendimiento de un fondo está bien y, de hecho, es lo adecuado. Pero no es suficiente. ¿Está bien un 2 % de rentabilidad o no? ¿Cuánto debería haber logrado mi fondo en función de las condiciones del mercado actual? La clave está en el riesgo que asuma este instrumento financiero y en su comportamiento frente a su benchkmark, es decir, al índice o elemento de referencia del fondo con el que comparar su rendimiento.
Este benchmark puede ser un índice como el S&P 500, el IBEX 35, el Eurostoxx 50 o uno mixto compuesto por más de un índice, algo habitual en fondos multiactivos, en cuyas carteras se combinan rentas fija y variable.
El tracking error
Los mejores fondos de inversión son capaces de superar de forma consistente a su índice o, por lo menos, igualarlo. Esta desviación del fondo frente a su benchmark también tienen nombre, es el tracking error.
Cuando este dato es muy bajo quiere decir que el fondo se comporta de forma similar al índice de referencia y cuando es muy alto, que existe una gran diferencia entre lo que hace el índice de referencia y lo que hace el fondo en términos de rentabilidad. El primer caso suele darse en fondos de inversión con una gestión pasiva y el segundo es típico de los que se administran de forma activa.
La beta del fondo
Sin embargo, el tracking error no te dirá si el fondo lo hace mejor o peor que su índice referencia, sólo si su comportamiento es parecido o no a este. Para evaluar este tipo de información hay otros indicadores más útiles, como la beta. Esta herramienta mide la variabilidad de la rentabilidad de dicho fondo en comparación con la del índice de referencia.
Dicho de otra forma, te dice cuán sensible es un fondo respecto a los movimientos del mercado y cuánto sube o baja cuando lo hace su índice de referencia. Cuanta más baja sea la beta (1 quiere decir que se comporta exactamente igual), mayor será su correlación con su benchmark . Es decir, menos volátil será el fondo frente al índice de referencia.
Un ejemplo práctico: un fondo de inversión que suba un 10 % y cuyo índice de referencia esté subiendo también un 10 %, tendrá una beta de 1. Si el fondo sube un 15 %, su beta será mayor que 1. Y si el fondo sube un 8 %, su beta será menor que 1.
En cualquier caso, la beta es un indicador más para evaluar un fondo. Lo que realmente determinará si un gestor lo hace bien de verdad es su capacidad para superar a su benchmark de forma consistente en el largo plazo. Y no muchos son capaces de hacerlo.
¿Dónde encuentro la información para calcular la rentabilidad de un fondo?
Para comparar el fondo con su benchmark solo debes dirigirte a su ficha informativa y ver esa comparativa, aunque muchas páginas web, como Morningstar , ya incluyen esos datos.
Si quieres hacerlo de forma manual, únicamente tienes que aplicar la fórmula anterior para calcular la rentabilidad de un fondo, y hacerlo también para el benchmark . En este caso, solo tienes que sustituir el valor liquidativo por la posición del índice.
Esta comparativa es la que te permitirá ver si la rentabilidad del fondo se ajusta realmente a la de los mejores o puedes encontrar opciones más adecuadas. Y si has invertido en un fondo activo teniendo en cuenta sólo su benchmark , quizás te interese acercarte al mundo de los fondos indexados.