“Si alguna vez se levantara una estatua para honrar a la persona que ha hecho más por los inversores
americanos, sin duda la elección debería ser John Bogle” (padre de la inversión indexada). Esta frase
corresponde a Warren Buffett y es solo un ejemplo sobre cómo el inversor value más
famoso del mundo es
también un gran defensor de la gestión pasiva y la inversión indexada.
Para Buffett, invertir en fondos indexados y llevar una gestión pasiva de las
inversiones es la opción más
recomendable para el común de los mortales al planificar su jubilación porque “es lo que más
sentido tiene
casi todo el tiempo”. De hecho, el Oráculo de Omaha apostó a finales de 2007 con Ted Seides, que un fondo
indexado al S&P 500 conseguiría mejor rentabilidad a largo plazo que cualquier fondo, o combinación de
fondos, que Ted eligiera. En mayo de 2017, ocho meses antes de que acabara la apuesta, Ted Seides reconoció
su derrota: era imposible que en ocho meses, los fondos elegidos por él llegaran a alcanzar la rentabilidad
que había conseguido el S&P 500 hasta la fecha.
En su carta anual a los accionistas de 2017 Warren Buffet explicaba que una de las razones de la apuesta era
demostrar su convicción de que un fondo indexado al S&P 500 conseguiría, con el tiempo, mejor rentabilidad
que la que conseguirían la mayoría de los gestores profesionales, fundamentalmente por las bajas comisiones.
Y es que los costes reducidos son una de las ventajas de los fondos indexados.
Qué es la cartera indexada de Warren Buffett
La cartera indexda de Warren Buffett surge en otra de sus famosas cartas a
los accionistas de Berkshire
Hathaway, la empresa que gestiona junto con Charlie Munger. Estas cartas anuales son un resumen de la
gestión que han realizado el año anterior y, sobre todo, el lugar donde los dos gurús de la inversión
plasman sus ideas de inversión y de gestión patrimonial. Para muchos inversores particulares e
institucionales se han convertido en una lectura obligada y punto de referencia.
La carta de 2013 es donde el Oráculo de Omaha plasma lo que podría
denominarse la cartera indexada de Warren
Buffett. El multimillonario resume el trabajo que hay detrás de la selección de
acciones y de inversiones
que realiza y los conocimientos que ésta requiere para concluir que quizás no esté al alcance
de todo el
mundo por cuestiones de interés, formación y tiempo.
¿Cuál es entonces la solución? Algo infinitamente más sencillo, la inversión indexada. Tanto es así que
asegura que la herencia que legará a su actual esposa, 16 años más joven que él, se debe invertir de la
siguiente forma: un 10 % en bonos del Gobierno estadounidense a corto plazo y un 90 % en un fondo indexado
al S&P 500 con costes muy bajos. “Creo que los resultados a largo plazo de esta política de inversión serán
superiores a los que conseguiría la mayoría de inversores que empleen a gestores”.
De ahí es de donde viene la cartera indexada de Warren Buffett, que estaría
compuesta por dos fondos
indexados: uno al S&P 500 y otro fondo de inversión sobre deuda estadounidense a corto plazo como podría ser
el Amundi Index US Corp.
La mayoría de inversores no se toman el análisis de empresas como una prioridad en sus vidas, aunque si
fuesen inteligentes, concluirían que no son especialistas en ningún negocio como para intentar estimar el
potencial de beneficio de una compañía.
Aunque hay buenas noticias para todos ellos: el inversor particular no requiere de
esta habilidad. Los
negocios estadounidenses, en conjunto, lo han hecho de maravilla con el tiempo y seguirán haciéndolo
(aunque, con toda seguridad, con algún que otro traspiés). En el siglo XX, el índice Dow Jones Industrial
avanzó de 66 a 11.497 puntos, pagando una suma importante de dividendos por el camino. El siglo XXI, estoy
seguro, será testigo de mayores avances. El objetivo de los inversores particulares no debe ser elegir a las
acciones ganadoras -ni él ni sus gurús pueden conseguirlo- sino que el objetivo debe ser adquirir una parte
representativa de las empresas que, en conjunto, necesariamente lo harán bien. Con un fondo indexado del S&P
500 con un bajo coste conseguirán este objetivo.
Ésta es la mejor decisión que puede tomar un inversor particular, aunque el
momento de invertir también es
importante. El principal peligro para el inversor que da sus primeros pasos en inversión es no controlar sus
emociones ante los vaivenes del mercado. Es decir, que se empiece a invertir cuando el mercado se encuentra
en máximos, cegado por la emoción, y venda por miedo cuando vea una corrección del mercado y parte de su
inversión en pérdidas.
¿Cuál sería el antídoto? Entrar en el mercado y no salir a pesar de que las noticias que lleguen sean malas
o las acciones estén muy lejos de sus máximos. Siguiendo estas reglas, el inversor que no quiere saber nada
de lo que digan los medios, que diversifica y que mantiene sus costes a raya, con total certeza, obtendrá
mejores resultados.
Sin embargo, tanto las personas como las instituciones se ven constantemente animadas a invertir de forma
activa por aquellos que se benefician de vender ideas de inversión o de recibir comisiones por la
compraventa de acciones. En este caso, el coste de invertir puede ser enorme para los inversores, en
especial para los particulares, los cuales son desprovistos de sus beneficios. Por lo tanto, ignora a los
charlatanes, minimiza los gastos e invierte en acciones como lo harías en una granja.
Y no hablo por hablar. Lo que aconsejo aquí es lo mismo que voy a hacer con parte de mi herencia. El dinero
en efectivo le será entregado a un fiduciario en beneficio de mi esposa -eso es lo que haré en cuanto al
dinero, porque todas mis acciones de Berkshire serán distribuidas en su totalidad a ciertas organizaciones
filantrópicas durante los diez años siguientes al inicio del reparto de la
herencia-. Mi consejo al
fiduciario no podría ser más simple: poner el 10% del efectivo en bonos del Estado a corto plazo y el 90% en
un fondo indexado del S&P 500 de muy bajo coste (sugiero Vanguard’s).
Para quién es la cartera indexada de Warren Buffett
¿Es para todo el mundo esta cartera de gestión pasiva? La respuesta es que
no. Como toda cartera de
inversión, tiene un asset allocation concreto y un peso de la renta variable tan alto que no es para todos
los perfiles.
La razón es que con un 90 % del dinero indexado al S&P 500, su volatilidad será
elevada. Es decir, puede
sufrir importantes cambios en su valor dependiendo de la marcha del mercado. Nada como un gráfico para
entenderlo. El siguiente recoge la rentabilidad anualizada de esta cartera
partiendo de un fondo Vanguard
500 Index Fund Investor Shares (VFINX) para renta variable y un Vanguard Short-Term Treasury Fund Investor
Shares (VFISX) para renta fija.
Como puedes ver, hay ejercicios donde la rentabilidad ha sido negativa,
pero a largo plazo los resultados
son netamente positivos. Esta es, de hecho, la base de la inversión pasiva, que a largo plazo los mercados
tienden a crecer.
En cuanto a la cartera de Warren Buffeft, al estar expuesta casi en su totalidad a renta variable, solo
sería recomendable para personas que piensen a largo plazo y, por lo tanto, puedan soportar sin miedo los
vaivenes de la bolsa. En línea con esta cartera, pero con muchas más opciones según el perfil
del inversor,
estarían los Fondos Cartera de Inversión NARANJA +.
La ventaja en este caso es que, gracias a las siete carteras diferentes,
hay una opción adaptada para cada
perfil de riesgo, que combina la proporción idónea de renta variable y renta fija, pero sin perder la
diversificación de toda la cartera en la economía mundial. Además, es posible combinar los fondos cartera
según la edad, por lo que un inversor podría empezar con un Fondo Cartera NARANJA 90 (compuesto en un 90 %
por índices de renta variable y en un 10% por oro) y terminar con el Fondo Cartera NARANJA 10/90 , más
defensivo (está compuesto en un 90 % por índices de renta fija y en un 10 % por índices de renta variable),
por ejemplo. Y es que contar con un 90 % de renta variable indexada a los 88 años no está al alcance de
todos, aunque Warren Buffett también dista mucho de ser todos.