Uno de los principales dolores de los inversores de todo el mundo es ver cómo el dinero que invirtieron en el pasado baja de forma brusca. Especialmente si han invertido mucho dinero y ven peligrar su patrimonio.
Para los que no invierten, ese dolor que perciben en los inversores se transforma en miedo. Miedo paralizante, aversión al riesgo, que hace que mucha gente no quiera invertir: “el dinero está más seguro en mi cuenta del banco”.
Y es que no todo el mundo está preparado para invertir su dinero de golpe (mucho o poco) en fondos o acciones.
Los principios clave de una buena inversión
En internet se pueden encontrar miles de métodos para invertir. Todos prometiendo ser el método definitivo y ofreciendo grandes rentabilidades. Sin embargo, hay muy poca gente que consiga ganar más que la media del mercado de forma consistente. Lo que funcionó en el pasado puede que no funcione ya.
La solución evidente es invertir en todo el mercado, o al menos de forma muy diversificada, la mayoría del patrimonio (sin olvidarse de guardar unos ahorros para imprevistos). Invertir según el perfil del inversor, en uno o varios fondos de inversión o ETFs que repliquen a un índice grande de renta variable y que tengan bajas comisiones, y mantener la estrategia en el largo plazo. E incluir algo de renta fija, que irá aumentando cuanto mayor sea su aversión al riesgo.
Incluso Warren Buffet, uno de los grandes inversores de la historia, se lo ha recomendado a su mujer para cuando él falte: del dinero que le deje, un 90 % debe invertirse en un fondo indexado al S&P 500 que cobre pocas comisiones y el 10 % restante en bonos a corto plazo del gobierno estadounidense. No hay inversión sin riesgo, pero él considera que es la forma más segura de invertir dinero, sin volverse loco buscando tipos de activos, y sin tener que dedicar mucho tiempo a analizar empresas para comprar acciones.
El método que da menos sustos: invertir poco a poco
Una vez claros los principios que deben guiar toda inversión, hay que entender cuál es el mejor método para cada inversor.
Para los que quieren empezar a invertir, la opción que más tranquilidad mental les da es meter dinero poco a poco. De esta forma, los beneficios son claros:
No hace falta esperar a acumular mucho dinero
Si al poco tiempo de invertir, los mercados caen con fuerza, la pérdida está muy limitada. Una pérdida del 10 % sobre 500 euros es sólo de 50 euros. Sin embargo, sobre una inversión de 10.000 euros, la pérdida es de 1.000 euros.
Si los mercados están subiendo, el inversor se alegrará de haber empezado a comprar más barato.
Se reduce mucho el estrés de invertir y el esfuerzo mental, porque una vez decidido en qué se invierte, y automatizado el proceso, es todos los meses lo mismo, no requiere decisiones nuevas
Es una forma de ir aprendiendo cómo funciona el mercado en la realidad, e ir entendiendo nuestras emociones en función de las subidas y bajadas del mercado
El patrimonio se va construyendo sin demasiado esfuerzo: con el paso del tiempo la inversión pasa a ser rutina
¿Cuál es la principal pega de este método? Que, si tenemos ya un cierto patrimonio disponible para invertir, al ir comprando poco a poco, la mayoría del patrimonio no está en el mercado. Las subidas de tipos de interés pueden hacer que saquemos algo de rentabilidad por el dinero en la cuenta o en un depósito a plazo fijo, incluso en letras del Tesoro, pero históricamente la bolsa ha ofrecido bastante más rentabilidad. Además, es probable que cada mes sigamos ahorrando, haciendo que la cantidad de dinero ahorrado y no invertido siga creciendo, o se mantenga muy elevado.
El método más rentable: invertir de golpe
Históricamente, en el largo plazo, la inversión en bolsa, suficientemente diversificada, ha sido la inversión más rentable. Aunque en las noticias suelen hacer mucho ruido los días de caídas, la tendencia a largo plazo es alcista. La mayor parte del tiempo la bolsa ha subido. Aquí vemos los tramos de mercados alcistas y bajistas de las últimas décadas (en el principal índice estadounidense diversificado, el S&P 500, del que más información histórica existe).
En el pasado, los tramos de subidas han sido mucho más prolongados que los de bajadas
Por lo tanto, para aquellos que ya tienen una cantidad de ahorro lista para invertir, la forma más rentable de hacerlo es de golpe. E ir invirtiendo el nuevo ahorro que generemos cada mes. Por dos motivos:
Es imposible saber cuál es el mejor momento para invertir. Si la bolsa tiende a subir, esperar a una futura bajada puede suponer que acabemos comprando más caro
Las subidas son más frecuentes y prolongadas que las bajadas. Y, por lo tanto, si mantenemos la inversión en todo momento, en el largo plazo debería ir creciendo.
¿Y si nada más invertir se hunde el mercado? Aun así, una vez pasadas las caídas, la cantidad invertida es mayor de lo que sería si invirtiéramos poco a poco, por lo que aprovecharía las siguientes subidas con todo invertido.
¿Y no hay un término medio? Sí, se puede invertir la mitad o el 75% del patrimonio que se quiere destinar a inversión y poner una orden periódica para ir invirtiendo el resto poco a poco. O guardarse el 25% para cuando el mercado caiga. Pero sabiendo que ese momento puede tardar en llegar. Y que puede que cuando caiga, las subidas previas hagan que el punto más bajo sea mayor al actual.
¿Cómo saber qué método se adapta más a mi situación?
Aunque lo más rentable para el largo plazo sea tener el dinero ya invertido, no todo el mundo es capaz de mantener la sangre fría y aguantar una caída del 20 % o del 30 % sin sufrir… y da vértigo invertir de golpe el dinero ahorrado durante muchos años.
Por eso, decidirse por una forma u otra de invertir depende mucho de la situación de cada inversor.
Alguien que tiene un cierto ahorro disponible para invertir (es decir, que tiene su colchón de ahorros ya completo, y algo más), y que no se preocupa por que baje de vez en cuando, probablemente esté listo para invertir de golpe y luego ir haciendo pequeñas aportaciones con lo que vaya ahorrando cada mes. Esta es la mejor opción desde el punto de vista financiero.
Alguien que está esperando hacer una compra grande (una casa o un coche, por ejemplo), no puede arriesgarse a invertir mucho dinero de golpe, pero sí puede ir invirtiendo algo de lo que ahorra cada mes, para ir ganando experiencia en inversión.
Alguien que no tiene claro qué debe hacer, probablemente sufra menos si invierte una parte del dinero que tiene ahorrado y luego programa pequeñas aportaciones, que vayan aumentando el capital inicial. Cuanto mayores sean las aportaciones, más se parecerá a invertir de golpe.