El gran desconocido de los planes de pensiones… las comisiones
Cuando se acerca el final del año mucha gente se acuerda de que ha llegado el momento de hacer una aportación al plan de pensiones. Al menos aquellos que no tengan automatizado el ingreso de una cantidad recurrente.
Y vuelve a haber confusión… si en 2021 el límite de aportaciones a un plan de pensiones individual había bajado de 8000 euros a 2000, este año vuelve a bajar y se establece en 1500 euros, el equivalente a aportar 125 euros al mes.
La consecuencia lógica es que los planes de pensiones individuales, que originalmente eran el producto pensado para conseguir tener un patrimonio acumulado de cara a la jubilación, ya no pueden ser el único instrumento utilizado para ese fin. Asumiendo que la regulación no siguiera cambiando, una persona que empiece a trabajar y a aportar con 24 años, incluso si aportara el máximo cada año, habría aportado 66.000 euros al llegar a los 67 años. Con una rentabilidad, por ejemplo, del 3 % anual, habría llegado a 133.000 euros.
En cualquier caso, no podemos controlar los cambios en la legislación. Lo que sí podemos controlar es en qué invertimos y las comisiones que pagamos.
Las comisiones de las que nadie habla
Como quedó patente en el Informe NARANJA 2021 sobre pensiones, los españoles tienen poco conocimiento de cómo funcionan los planes de pensiones. Por ejemplo, solo el 49 % es consciente de que invertir en planes de pensiones tiene ventajas fiscales.
El 62 % de los encuestados no saben que los planes de pensiones tienen comisiones. Es decir, solo un 38 % sí saben que los planes de pensiones cobran comisiones. Y esto es importante entenderlo, porque los planes de pensiones son uno de los productos en el que las comisiones son más relevantes, porque vamos a tenerlo durante muchos años, idealmente hasta la jubilación.
Sin embargo, todos los planes de pensiones tienen comisiones. Igual que los fondos. Lo que pasa es que en general no las notamos, porque no se cobran en nuestra cuenta bancaria, sino que se descuentan cada día del patrimonio total del plan. Y además se cobran diariamente, de forma que cada día se quita la parte proporcional de la comisión para pagar, entre otros, a la entidad que gestiona el plan. Por ejemplo, si la comisión anual es del 1,5 %, y el año tiene 365 días, cada día se descuenta un 0,0041 % del dinero del fondo. Así, el cobro de la comisión anual no genera una diferencia notoria en la rentabilidad (si se cobrara de golpe a final de año, bajaría la rentabilidad un 1,5 % en un solo día). Pero esto no significa que no podamos saber qué comisiones nos cobra el plan, siempre podemos consultar cuánto nos cobran cada año consultando el informe semestral, que es obligatorio enviar a todos los partícipes de los planes.
Estas son las comisiones máximas que establece la ley para cada tipo de plan, las que nunca podrá rebasar ningún plan:
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Tabla
La tabla muestra las comisiones máximas que la legislación permite aplicar a cada plan según aquello en lo que invierta. Para los planes que se consideran de renta fija, la comisión máxima de gestión es de 0,85 %, para los de renta mixta es del 1,30 % y para los de renta variable es del 1,50 %. La comisión de depósito máxima es del 0,20 % para cualquiera de los tres tipos. Como consecuencia, la comisión total máxima a aplicar es del 1,05 % para los planes de renta fija, del 1,50 % para los planes de renta mixta, y del 1,70 % para los planes de renta variable.
El impacto bruto de las comisiones
Para entender el impacto de las comisiones, imaginémonos un plan que invierte en renta fija y renta variable (lo que conocemos como renta mixta), pero que no llega a conseguir rentabilidad. Es decir, que su rentabilidad es del 0 %, pero todos los años paga una comisión del 1,50 % (el máximo legal para renta mixta, que es 1,30 % de comisión de gestión y 0,20 % de comisión de depósito).
Asumiendo que se invierte el máximo posible cada año, 1500 euros, desde los 24 años hasta los 67, se habrán invertido 66.000 euros. Descontando la comisión del 1,50 % anual y sin rentabilidad alguna, llegaría a los 67 años con 48.600 euros, es decir, las comisiones supondrían 17.400 euros a lo largo de la vida del plan.
¿Cómo entender bien lo que suponen las comisiones?
Los ejemplos teóricos están muy bien para entender el impacto potencial de las comisiones. Pero para entender cómo afectan a cada uno, hay que hacer cálculos con opciones reales y estimaciones posibles de rentabilidad.
Pongamos a Mario, un ingeniero mecánico que empieza a ahorrar para su jubilación con un plan de pensiones a los 30 años, cuando ya lleva unos años trabajando. Con los nuevos límites de aportaciones, se puede permitir aportar el máximo desde el principio, 1500 euros al año (125 euros al mes).
Mario calcula que se podrá jubilar con 67 años, y que, con la rentabilidad histórica media de los planes de pensiones de renta variable, podría conseguir ganar una media del 6 % anual (tiene mucho tiempo por delante y sabe que, históricamente, a largo plazo, la renta variable ha sido más rentable que la renta fija).
Si invirtiera en un plan que cobrara el máximo permitido, 1,70 %, llegaría a los 67 años con casi 135.000 euros en su plan. Sin embargo, sabe que puede encontrar un plan que sea más barato, y así conseguir llegar con más dinero a su jubilación. Por ejemplo, si encuentra un plan con una comisión total del 1,50 %, conseguiría llegar con 141.000 euros en su plan, 6000 euros más que en el caso inicial. Si el plan que encuentra tuviera una comisión total del 1,30 %, el patrimonio final acumulado en su plan de pensiones sería de 148.000 euros, 13.000 euros más que en el primer caso.
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Tabla
En la tabla se muestra la diferencia en patrimonio final simulado del plan, según las comisiones pagadas, y el ahorro en comisiones de cada uno. Para una comisión del 1,70 % el patrimonio final sería de 134.761 euros. Para una comisión del 1,50 %, el patrimonio ascendería a 141.314 euros, generando un ahorro en comisiones de 6.553 euros. Para una comisión del 1,30 %, el patrimonio final sería de 148.237 euros, con un ahorro en comisiones de 13.476 euros.
A la hora de tomar la decisión…
Teniendo en cuenta todo lo anterior, lo mejor que se puede hacer al contratar un plan o traspasar el que ya se tiene, es no dejarse deslumbrar por rentabilidades pasadas o por altas bonificaciones, y acordarse siempre de comprobar las comisiones que cobra.