Quienes creen que contratando un plan de pensiones están obligándose a
ahorrar de una determinada forma para
toda la vida se equivocan. Los planes de pensiones están diseñados para
ayudarnos a construir nuestro
futuro, no para añadir un puñado de restricciones de por vida. Los
planes de pensiones no nos obligan a nada.
Las finanzas personales son una carrera de fondo, no de velocidad
Hay años en los que no se llega. Hay muchas bodas, necesitamos reformas en la casa, el coche nuevo, los
estudios de los hijos (o los nuestros propios), las inversiones del
negocio… O hemos sido despedidos. Ese
año quizá no podamos aportar porque estamos atendiendo compromisos inaplazables o realizando otras
inversiones de futuro. Y no pasa nada, no existe
ninguna obligación de aportación mínima al plan de
pensiones.
Y esas inversiones de futuro las podemos hacer porque sabemos que nos respalda un buen plan de pensiones,
como los planes de pensiones de ING, adecuado a nuestro perfil. Sabemos que normalmente aportamos
regularmente y que si ese mes o año no aportamos, no pasa nada. Y que si esas otras inversiones funcionan
bien, dispondremos de más recursos para nuestra jubilación; pero que, si no
van bien, siempre contaremos con
el plan de pensiones.
Nuestro plan de pensiones siempre nos ayuda a construir una jubilación mejor
Nuestro plan, con independencia de que durante ese período no hayamos podido aportar, sigue trabajando en
favor de que tengamos una buena jubilación, gracias a los rendimientos de
las inversiones que realiza el
plan de pensiones, que van haciendo que siga creciendo el capital de que
dispondremos cuando llegue el
momento de nuestro retiro.
Lo ideal es aportar desde jóvenes regularmente al plan de pensiones, pero
el plan de pensiones debe
entenderse en conjunto con todo el resto de tus inversiones. Nuestro plan de pensiones
y nuestras otras
inversiones no se estorban en ningún momento, sino que se apoyan y refuerzan a lo largo de
toda la vida.