Todos sabemos muy bien qué es el dinero en la actualidad: Monedas y billetes —sí, también cifras de una cuenta bancaria o una cartera digital— que se aceptan para comprar o vender algo ahora y en el futuro. O, expresado de forma más técnica, el dinero sirve de medio de intercambio, depósito de valor y unidad de cuenta. Pero, ¿por qué es necesario que el dinero conserve su valor en el tiempo?
¿Por qué es necesario el dinero como medio de intercambio?
Antes de que existieran las primeras monedas, que los historiadores sitúan en Lidia, hoy parte de Turquía, en el siglo VI a.C., el trueque era el método para conseguir un bien sin haberlo producido.
Aquellas primeras monedas reunían dos características que el dinero actual separa en dos: depósito de valor y medio de intercambio. Porque el valor del metal que las componía coincidía con el valor de la moneda —el sello real así lo aseguraba—. Y porque se podían intercambiar por otro bien que tuviese ese valor.
Por tanto, el dinero era y sigue siendo necesario como medio de intercambio porque permite adquirir bienes sin producirlos o sin obtenerlos a cambio de otros bienes.
¿Por qué el dinero es depósito de valor?
La llegada de los billetes fue el siguiente paso. Los bancos centrales garantizaban que la cifra impresa en ellos estaba respaldada por la correspondiente cantidad en oro. Hemos llegado al siglo XX y el patrón oro se implantaba en la economía global; hasta que Nixon desvinculó el dólar americano del oro en 1971. Supuso el fin del patrón oro y el inicio del dinero fiduciario.
El dinero actual —fiduciario o fiat— es depósito de valor porque las personas que lo utilizan como medio de intercambio confían en que tiene ese valor en el presente y lo seguirá teniendo en el futuro, y ya no porque esté respaldado por lingotes de oro.
¿Por qué el dinero es una unidad de cuenta?
El dinero se cuantifica con cifras que son aceptadas por los agentes económicos para valorar un bien o un servicio. Es decir, se utiliza para asignar un determinado valor (más dinero o menos dinero) y se puede operar con él (sumar, restar, multiplicar…). Resulta muy sencillo con un ejemplo: un lápiz vale 1 euro y un bolígrafo vale 2 euros. Cualquier persona que utilice dinero entiende que el bolígrafo vale el doble que el lápiz y que comprar ambos cuesta 3 euros.
El dinero debe mantener su valor en el tiempo
El valor del dinero debe ser relativamente estable en el tiempo para mantener su función como medio de pago. Aquí hay que recordar el concepto de ahorro: trasladar el consumo presente al futuro . Si el dinero perdiese su valor rápidamente, en poco tiempo, ningún vendedor lo aceptaría como medio de pago hoy puesto que no le serviría para comprar otros bienes mañana ; en consecuencia, no serviría para ahorrar y perdería su razón de ser como medio de intercambio.
La inflación: la pérdida del valor del dinero
No obstante, para que los precios fuesen completamente estables sería necesario un equilibrio perfecto entre la cantidad de dinero en circulación y la producción de una economía. Así lo argumenta la teoría cuantitativa del dinero. Sin embargo, no siempre existe este equilibrio y los precios oscilan con el paso del tiempo. De hecho, los bancos centrales consideran que un 2% de inflación es aceptable para el funcionamiento adecuado de la economía.
Que los precios suban un 2% cada año, o una cifra incluso superior, significa que el dinero ahorrado pierde capacidad de compra ese mismo porcentaje. Por tanto, el objetivo de todo ahorrador, no solo debería ser solo guardar dinero para el futuro, sino invertirlo para que crezca cada año más que la inflación.