¿Sabes qué opciones de financiación existen?
A la hora de hacer una determinada compra, existen numerosas opciones de financiación que dependen de las del consumidor y del tipo de producto a financiar. Cada una de ellas se adapta a las necesidades financieras de cada persona y, sobre todo, al tipo y cuantía de la compra.
A continuación, te explicamos los diferentes tipos de financiación que existen, cuándo se utilizan y todo lo que hay que tener en cuenta en cada uno de ellos.
Según la finalidad del préstamo
La financiación bancaria se adapta a las necesidades e intereses de la persona y del tipo de compra que se vaya a realizar.
Para todos tus proyectos
Uno de los principales objetivos de la financiación bancaria es ayudar a cualquier persona con ese último empujón que necesitan para acometer una compra: un coche, una reforma en casa, las vacaciones o pagar tus estudios, entre otras muchas finalidades.
En estos casos, los préstamos personales son una excelente opción, ya que normalmente se adaptan a las necesidades de cada persona, que normalmente pueden elegir el capital que necesitan y su plazo de devolución.
Para grandes retos
La vivienda es, sin duda, el principal instrumento de ahorro de las familias españolas. Pero al mismo tiempo, suele ser el mayor desembolso de toda su vida, lo cual supone un enorme reto para las finanzas familiares. Por eso, es un tipo de compra para el cual la financiación bancaria es fundamental.
De hecho, existe un tipo de financiación específica para la compra de una vivienda: el préstamo hipotecario , que utiliza como garantía de devolución la propia vivienda que financia.
Para flexibilizar tus compras
En tu día a día, es posible que, en algún momento, necesites diferir el pago de tus compras bien sea porque en ese momento no dispones de liquidez suficiente o por planificar tus presupuestos. Y aquí también tienes a disposición un tipo de financiación específico para conseguirlo.
Las líneas de crédito permiten disponer de una cierta cantidad de dinero hasta un límite establecido en el contrato. Y es algo tan sencillo como cambiar las formas de pago de tus tarjetas de crédito, en el momento que desees y con la posibilidad de adaptar los pagos a tus necesidades.
Según las condiciones de la financiación
Cada una de las opciones de financiación ofrece una serie de condiciones diferentes que se adaptan a las necesidades de cada persona.
El tipo de interés
Los instrumentos de financiación ofrecen diferentes alternativas en función del tipo de interés nominal (TIN):
Préstamos a tipo fijo en los que el tipo de interés no cambia a lo largo de todo el plazo.
Préstamos a tipo variable, que están referenciados a un índice, que generalmente es el euríbor en el caso de los préstamos hipotecarios.
>Préstamos a tipo mixto, que combinan el tipo fijo y el tipo variable.
Comisiones adheridas a la financiación
Las comisiones son uno de los elementos más importantes de todos los préstamos bancarios, ya que tiene incidencia sobre su coste efectivo. Están presentes en la mayoría de ellos, aunque no siempre son los mismos.
Las comisiones más habituales son la comisión de apertura, de estudio, de amortización parcial o total y las comisiones de novación o subrogación. No obstante, en la actualidad, también existen préstamos rápidos sin comisiones, en los que no encontrarás ninguno de ellos.
La suma del TIN más las comisiones se conoce como Tasa Anual Equivalente (TAE), y constituye la cantidad real que vas a pagar por el dinero prestado.
El plazo del préstamo
El plazo del préstamo es otra de las condiciones que, por lo general, pueden ser modificadas por el cliente. De hecho, junto con la TAE, determina la cuota mensual a pagar por el préstamo.
Cuanto mayor sea el plazo del préstamo, mayores serán los intereses que pagarás en total, aunque también menor será la cuota mensual. Algunas entidades también ofrecen cuotas personalizadas, que puedes calcular a través de un simulador de préstamos.
Productos vinculados
Muchas opciones de financiación exigen la contratación de algunos productos que condicionan la concesión del préstamo, como una cuenta nómina o un seguro de protección de pagos, entre otros.
En otros casos, la contratación de estos productos no es obligatoria, pero al menos sí sirve para mejorar las condiciones del préstamo.
Beneficios asociados a su uso
En algunos productos, especialmente en el caso de las tarjetas de crédito, su propio uso permite obtener unas condiciones más ventajosas, como descuentos en ciertos establecimientos o loyalty programs, que sirve para fidelizar a un cliente a la marca.
Estos beneficios, por lo general, permiten obtener un importante ahorro, especialmente si se utilizan de forma habitual.