Un fondo de inversión es una institución de inversión colectiva (IIC).
Pero ¿qué significa realmente?
Un fondo de inversión se crea cuando muchas personas (a las que se denominan partícipes) juntan su dinero (también llamado aportación), para invertirlo con una estrategia establecida, con el objetivo de obtener un beneficio, diversificando el riesgo.
Los fondos de inversión se componen de diferentes activos entre los que se reparte la exposición de la inversión, lo que les convierte en uno de los mejores instrumentos para diversificar. Por tanto, si un activo concreto cae, no nos afectará de la misma manera que si tuviéramos todo o gran parte de nuestro dinero invertido en ese activo, ya que se compensará con las ganancias del resto de activos en los que invierte el fondo.
Ya sea un fondo de gestión activa (en el que el gestor selecciona activamente los activos que componen el fondo) o de gestión pasiva (en el que el fondo replica el comportamiento de un índice), hay un equipo gestor profesional detrás, que trabaja por el buen funcionamiento de la inversión.
Otro de los atractivos de los fondos de inversión son sus ventajas fiscales. ¿Por qué? Los fondos te dan la posibilidad de poder traspasar el capital de un fondo a otro, sin necesidad de tributar por ello. Por tanto, mientras el dinero esté invertido, no habrá que pagar a Hacienda. Además, a diferencia de los planes de pensiones, a la hora de reembolsar un fondo solo tributaremos por la rentabilidad de la inversión y no por el capital aportado.
Los fondos de inversión son un vehículo a través del cual podemos acceder a diferentes mercados de manera mucho más fácil que si quisiéramos comprar, por nuestra cuenta, acciones individuales en otros mercados y de los que tendríamos, a priori, menos información.