Fíjate en las diferencias de diseño. De primeras, salta a la vista que el logo tiene un tamaño muy grande. Pero, si te fijas, el botón con el enlace a “Acceso Cliente” es de un azul chillón que nunca utilizamos, y el correo en general tiene un aspecto poco cuidado.
Un detalle: la firma. Nunca firmamos los correos con “Banco ING”.
Nota la forma en la que está escrito. Faltas de ortografía (como el Bueno Días con mayúscula), que esté escrito de usted (la gran mayoría de nuestras comunicaciones son de “tú”), el uso excesivo de negritas…
Nunca te pediremos validar o cancelar una operativa con un clic. En caso de duda, lo mejor es que no hagas clic en nada y accedas directamente a través de la web o de la app en tu móvil.