Desmontando los falsos mitos de los Planes de Pensiones A pesar de los indicios de la fragilidad del actual sistema de pensiones, siete de cada diez españoles aún no ha empezado a ahorrar para su jubilación.
El envejecimiento de la población española, asociado a un aumento de la esperanza de vida, está provocando un incremento cada vez más acelerado en el número de pensionistas, mientras disminuye la población activa. En este contexto, la preocupación por la jubilación ha aumentado y a la vez, y según último Informe NARANJA 2020 de ING sobre tendencias clave de los españoles ante la jubilación, nueve de cada diez españoles creen que su pensión pública será insuficiente, o que no tendrán pensión. Sin embargo, siete de cada 10 todavía no ha empezado a ahorrar para este fin. Complementar la pensión pública con un plan de pensiones privado puede ser una buena opción; pero siguen existiendo ciertas barreras que siguen retrasando la planificación de la jubilación. Basándose en las preocupaciones más habituales que los clientes tienen sobre este tema, ING ha recopilado los cinco mitos más extendidos sobre los planes de pensiones: 1. “Soy demasiado joven para contratar un plan de pensiones” Al escuchar la palabra jubilación, muchos lo ven tan lejano que piensan que ahora mismo no tienen que preocuparse por ello, ya que existen otras prioridades. Sin embargo, cuanto antes se empiece, mejor preparado se llega a ese momento. Desde este año, el máximo que se puede invertir en un plan de pensiones anualmente son 2.000 euros. De este modo, cuanto antes se empiece, más años se tendrán por delante para ahorrar y de más cantidad se dispondrá al jubilarse. Además, aunque no se invierta el máximo permitido desde el principio, la cantidad ahorrada irá aumentando gracias a la rentabilidad que vaya acumulando el plan de pensiones; y al reinvertir los intereses que produce cada año, un plan de pensiones aprovecha los beneficios del interés compuesto. Por ejemplo, si invertimos 1000 € durante 5 años con una rentabilidad del 5% anual, obtendríamos 250 € con interés simple (es decir, sin reinvertir los 50 € de intereses obtenidos cada año). En cambio, con interés compuesto, serían 276,28 €. 2. “Con la pensión pública tendré suficiente” El sistema público de pensiones en España se encuentra en una situación delicada, según reflejan los datos demográficos del país. El progresivo envejecimiento de la población hace que cada vez haya menos trabajadores para cubrir los pagos de pensiones públicas, es decir cada vez se recaudará menos dinero, pero se pagará pensión a más gente. Además, actualmente en España los jubilados reciben en forma de pensión alrededor del 80% del salario que tenían antes de jubilarse, una de las mayores tasas de sustitución de Europa. La falta de recursos del sistema a medio y largo plazo hace previsible que este porcentaje vaya disminuyendo hasta alcanzar el 50% en 2060. Estos datos son una evidencia de la necesidad que tendrá la población de completar sus pensiones con ahorro privado si desean tener en un futuro el mismo nivel de vida y compensar la reducción de ingresos públicos prevista. 3. “Es dinero que no puedo tocar hasta la jubilación” Aunque la principal finalidad de un plan de pensiones es complementar la pensión pública en la jubilación, hay algunas situaciones que permiten recuperarlo antes. En primer lugar, el dinero puede retirarse a los 10 años sin necesidad de cumplir ningún requisito especial. A partir de 2025 se podrá empezar a rescatar las aportaciones realizadas hasta 2015, así como la rentabilidad que hayan generado. En los años siguientes, de la misma manera, se podrán ir rescatando las aportaciones y la rentabilidad asociada a ellas, una vez hayan pasado 10 años invertidos en el plan. También puede retirarse de forma anticipada por motivos de salud. Cuando el dueño del plan padezca una enfermedad grave o incapacidad, cumpliendo las especificaciones establecidas en la ley. Además, los desempleados de larga duración pueden recuperar el dinero de su plan de pensiones para aliviar su situación económica. Cabe destacar que, como consecuencia de la pandemia, entre marzo y septiembre de 2020 se amplió a aquellas personas que estuvieran en ERTE, o autónomos que hubieran dejado de percibir parte de sus ingresos. 4. “Con lo que se lleva Hacienda en el momento del rescate no merece la pena” Al llegar a la jubilación, Hacienda reclama los impuestos ahorrados todos esos años y, por eso, algunas personas piensan que no merece la pena invertir en planes de pensiones. Sin embargo, es falso que la cantidad que se lleva Hacienda no compense con la ahorrada, ya que, si en lugar de retirar todo el dinero de golpe lo hacemos poco a poco, el porcentaje de impuestos que se paga apenas variará y el dinero seguirá generando rentabilidad. Si lo retiramos todo de golpe, se considera renta del trabajo y el IRPF aplicado será superior, como puede verse en la siguiente tabla: 5. “Con la reciente reforma ya no merece la pena invertir en un plan de pensiones” Uno de los mayores beneficios de los planes de pensiones es que las aportaciones desgravan en la declaración de la renta, aunque con determinados límites. Como máximo se pueden aportar 2.000€ anuales y ese será el máximo que nos podremos desgravar, aunque esta cantidad puede llegar hasta los 10.000 € si se añaden aportaciones a un plan de pensiones de empleo. Esta ventaja actúa como una reducción, de manera que el dinero aportado al plan de pensiones se resta de la base imponible. A modo de ejemplo, si la base imponible es de 37.000 € y se ha aportado 2000 € a un plan de pensiones, para Hacienda es como si solo hubiese ganado 35.000 €. Dado que el IRPF es un impuesto progresivo, la factura fiscal será menor.